Críticas de espectáculos

“Penélope”/Pepa Plana

El corazón en la mirada

 

Obra: Penélope. Compañía: Cia Pepa Plana. Intérprete: Pepa Plana. Dramaturgia y Dirección: Nola Rae, Aina Tur y Pepa Plana. Lugar y fecha: Teatro de la Estación (Zaragoza) 3 de diciembre de 2009

“Penélope”, es el último espectáculo de la payasa barcelonesa Pepa Plana, que desde el pasado jueves puede verse en el Teatro de la Estación de Zaragoza. Quienes ya la conocen, saben que es grande. Quienes aún no la han visto, tienen ahora la oportunidad de comprobarlo. Y unos y otros, disfrutarán con una propuesta escénica deliciosa y absolutamente recomendable. Penélope, es un personaje de la “Odisea” sobradamente conocido. Mujer de Ulises, esperó durante veinte años el retorno de su marido de la guerra de Troya. Es por ello, símbolo de la fidelidad conyugal. Pero, naturalmente, vista a través de los ojos de una payasa, la historia resulta bien distinta. Tal vez, si pudiésemos reducir el payaso a su más elemental expresión, a su más pura esencia, deberíamos quedarnos con la mirada. Alguien que se asoma desde detrás de su pequeña máscara (su nariz roja no es otra cosa que una máscara) para mirarnos mientras nos cuenta algo. Eso es el clown. Pero su mirada, no es una mirada corriente. El payaso nos mira, no tanto para vernos, sino para le veamos a él. A veces tierno, a veces melancólico, a veces alegre, a veces triste, pero siempre irreductible, incansable, invitándonos a jugar con él con la ingenua y limpia franqueza de un niño. Ahí está Pepa Plana, aunque aún no la veamos, la payasa de corazón púrpura y grandes zapatones, que comienza a conquistarnos, aun antes de que la luz se encienda, con un solo suspiro. Y sí, es imposible no dejarse conquistar por ella, no terminar absolutamente entregado ante su enorme poder comunicativo, ante su brillante capacidad para medir los tiempos de los gags, saber escuchar el latido de la sala y hacer que el espectáculo respire acompasado con él. No hay artificios en Pepa Plana y su Penélope, sino un corazón que se le escapa por los ojos para hablarnos en el más puro leguaje del clown. Pepa Plana es una payasa clásica. No inventa ninguna palabra de ese lenguaje, pero convierte todas y cada una de ellas, en rutilantes estrellas que brillan en el escenario. La vemos sobre la escena con su no parar, convirtiendo los elementos más cotidianos en juguetes escénicos, tejiendo un hilo de complicidad con cada mirada y cada gesto. Y parece que no hiciera nada. Pero si que hace. Nos muestra la fuerza de una actriz sobre la escena. Enorme.

Joaquín Melguizo

Publicado en Heraldo de Aragón, Sábado 5 de diciembre de 2009


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