El Chivato

Pep Bou sorprende en Japón con sus pompas de jabón

El artista catalán Pep Bou ha ofrecido al público de la Exposición Universal de Aichi un aperitivo para la semana de España en Japón, que comienza este lunes, y cuyo calendario de actividades ha abierto el actor de teatro con sus impresionantes imágenes escénicas creadas con pompas de jabón. Cientos de espectadores han asistido incrédulos a los juegos de Bou y de su compañero, Luis Beviá, quienes han creado situaciones cómicas entre burbujas de distintos tamaños.
Unas veces las pompas se hacían con humo dentro, que eran colocadas en la cara y la cabeza de Beviá y explotaban a modo de cuernos, despertando las risas del público, y en otras ocasiones, eran estiradas hasta formar una ventana, o agrupadas en un hilo hasta formar un gusano de color.
«Manipular burbujas en el escenario tiene una carga visual que raya lo imposible, la gente no se puede creer que pueda ocurrir lo que está viendo, y entonces, exclama», ha comentado Bou, que hace 23 años pasó del mimo y del teatro tradicional a esta forma de expresión que combina ambas con las pompas de jabón.
«La burbuja en sí tiene belleza, es poesía, frágil, transparente, delicada, efímera», ha afirmado, «el poeta Joan Brossa me decía, Pep, tienes en las manos la imagen más poética que existe».
No es fácil de conseguir, ha explicado el artista, ya que en cada espectáculo las condiciones del ambiente cambian, y las pompas duran más o menos tiempo o reaccionan de manera diferente según si hay suficiente humedad (cuando resisten más de un minuto, y se pueden combinar) o el aire está seco (y explotan a los veinte segundos).
«Es un trabajo de precisión dentro de la anarquía de la pompa de jabón», resumió antes de la actuación, a la que la humedad del cercano puerto de Nagoya ayudó bastante, pues las pompas duraron lo necesario para hacer el espectáculo sin repetir demasiadas burbujas.
Bou reveló que para trabajar utiliza los detergentes líquidos comunes en cualquier hogar español, aunque una conocida marca local está trabajando con él para proporcionarle un líquido aún mejor para su arte.
Sobre el público, comentó que en todas partes la reacción es diferente, y que «no porque hagamos burbujas estamos haciendo un espectáculo para niños, aunque tampoco los excluimos, pero pensamos en el niño de 30 ó 40 años, que se deja llevar y se lo pasa bien», aclaró. «En ese sentido, delante de las burbujas somos bastante parecidos todos los seres humanos», concluyó.


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