El Chivato

Peter Brook, Premio Princesa de Asturias de las Artes

El director, dramaturgo y ensayista británico Peter Brook ha sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2019. El jurado considera a Brook «maestro de generaciones» y «el mejor director teatral del siglo XX». Se destaca, también, que «abrió nuevos horizontes a la dramaturgia contemporánea, al contribuir de manera decisiva al intercambio de conocimientos entre culturas tan distintas como las de Europa, África y Asia», así como la pureza de sus puestas en escena, «fiel a su concepto de espacio vacío».

 

Peter Brook (Chiswick, Londres, 1925). Brook recibió la noticia en Suiza, donde a sus 94 años está terminando su último proyecto teatral, titulado «Why». Sus dos montajes más emblemáticos –el Marat-Sade que montó en 1964 en Londres y su monumental Mahabharata de nueve horas de duración, que estrenó en 1985 en París y después en una cantera de Aviñón– marcaron un antes y un después en las prácticas escénicas. El primero, por su fuerte contenido revolucionario en plena década de los sesenta. El segundo, basado en la gran epopeya india, conmocionó por su profunda carga litúrgica. Nadie que tuviera la suerte de asistir a alguna de aquellas representaciones dice poder olvidarlo. El propio Brook, que también dirige ópera y cine, hizo una adaptación de ambos espectáculos para la pantalla.

Brook empezó a trabajar en los años cuarenta en Londres, donde fue director de la Royal Opera House entre 1947 y 1950. En los sesenta se unió a la Royal Shakespeare Company y experimentó nuevas formas de llevar a escena el teatro clásico. También abordó a autores en boga en aquel momento: Artaud, Jarry, Genet, Cocteau, Sartre… En 1970 se afincó en París. Allí fundó el Centro Internacional de Investigación Teatral, la compañía con la que desde entonces ha recorrido el mundo, con especial querencia por África y Asia, de donde han bebido muchos de sus espectáculos. En 1974 la troupe se instaló en el Bouffes du Nord, un viejo coliseo del siglo XIX abandonado: lo renovaron, pero no lo redecoraron, sino que mantuvieron su halo de decadencia, una estética que encajaba con su idea de volver a la pureza de los orígenes del teatro. Ese lugar es hoy venerado como un templo.

En el Bouffes du Nord, Brook puso en práctica sus investigaciones teóricas: un teatro despojado de artificios, litúrgico, basado en el actor, sus gestos, la palabra. Fruto de ello nacieron espectáculos como Woza Albert! (1990), Je suis un phénomène (1998), El gran inquisidor (2005), Sizwe Banzi est mort (2007), Warum Warum (2010), El traje (2012), The Prisoner (2018) y Why, que se estrenará en junio de este año.

Tiene una larga trayectoria como ensayista y uno de sus libros que fundaron una idea de la puesta en escena y de la dramaturgia escénica es El espacio vacío. Sus dos últimas obras publicadas en España son: Más allá del espacio vacío, escritos sobre teatro, cine y ópera (1947-1987, Alba, 2001) y La puerta abierta: reflexiones sobre la interpretación y el teatro (Alba, 2002). Sus espectáculos giran por todo el mundo y han frecuentado los escenarios estables de manera habitual.


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