Pinceladas escénicas del 2013 (parte segunda)
Quizás si lo volviera a escribir sería distinto pero la segunda parte del 2013 la pintaré con otras tantas gentes y gentes que han dado color a un año que ha pasado con la ligereza de un suspiro (como el del puente de Lima) y con la intensidad de una bachata de Romeo Santos, por ejemplo.
En julio, disfruté con el espectáculo Júbilo terminal de José Pedro Carrión, en una de las últimas funciones que se iban a ofrecer en la sala Garaje Lumiere. Sala que tuvo que cerrar por la incomprensión, tozudez, persecución y «mala leche» del Ayuntamiento de Madrid. Los jóvenes apuestan por el teatro y se la juegan. Abren una sala de teatro. El Ayuntamiento cambia la normativa y les exigen subsanar ciertas deficiencias pero no aseguran nada. En realidad, el Ayuntamiento no tenía argumentos para cerrarla pero parece que les molestaba. Desde las instancias municipales madrileñas le dedican únicamente tiempo al teatro para perjudicarlo.
En agosto, flipé con Lebensraum, espectáculo dirigido por Jakop Ahlbom (Suecia, 1971). Él forja su estilo con elementos de mimo, teatro, danza, ilusionismo y llega así a crear un lenguaje teatral muy personal. El trabajo de Ahlbom está determinado por la lógica de los sueños, un mundo que es ilógico y en movimiento en la frontera entre la realidad y el entendimiento. Ahlbom crea personajes en conflicto consigo mismos y con el mundo que les rodea. Crea personajes con una personalidad perturbada. Unicamente recreando el mundo del subconsciente podremos tener la oportunidad de conocer lo que hay dentro de todos nosotros, de mostrar nuestra verdadera entidad y la complejidad del ser humano.
En septiembre, volví al Festival de Manizales. Manizales, el festival latinoamericano más antiguo, sigue siendo una gran fiesta teatral que ha celebrado por partida doble, sus 45 años de existencia y su edición número 35 tanto en sala como en las calles. Las salas y teatros de la ciudad llenos de público y de público joven: España, Turquía, México, República Dominicana, Brasil, Bolivia, Ecuador, Chile, Colombia, Euskadi y como ciudad invitada, Montevideo, declarada Capital Iberoamericana de la Cultura 2013. En las calles una carpa de circo, epicentro de la programación de espacios abiertos que ha discurrido paralelamente por las principales plazas de Manizales. Manizales sigue más vivo que nunca. Por cierto, hay que decir que además, Manizales es el festival que programa con mayor regularidad e intensidad compañías vascas. En esta edición, a la que llegué con 24 horas de retraso por problemas con las aerolíneas, coincidí en el aeropuerto de Pereira con la persona que cambió mi vida. ¡Va por ti, amor!
En octubre, pude disfrutar de uno de los espectáculos que más me conmovieron en los últimos tiempos. Me pareció un trabajo limpio, sincero, coherente y compacto en las formas. Y bello. Muy bello. Me estoy refiriendo a N.A.N. de Ertza. Coreografía, concepto y ejecución de Asier Zabaleta acompañado por Iñar Sastre en el teclado. Es una reflexión en torno a conceptos como pueblo, nación o patria. El planteamiento no es panfletario, se trata de buscar entre todos el valor exacto del concepto patria. O por lo menos, se trata de que cada uno encuentre su valor aunque sea distinto al del otro. Zabaleta busca respuestas… ¿hay verdades absolutas?, ¿las patrias merecen vidas?, ¿cuánto vale la patria? ¿cuántas muertes?, ¿todas las patrias valen igual?, ¿es la patria algo que cada uno moldea a su manera?.
En noviembre, en Madrid surgió la magia en la noche del viernes ocho. Fui a ver El intérprete de Asier Etxeandia al Nuevo Apolo. Después del espectáculo, que me pareció magnífico, Asier es una estrella, fuimos a tomar algo a un local de moda en la zona de Huertas y allí me fui encontrando y reencontrando con gentes que hicieron que la noche se convirtiera en una noche excepcional: pude saludar al propio Asier, compartí cervezas con Lope y descubrí el buen rollo que están generando a través de su nueva iniciativa, SEDA. Charlé con Carlos Rodríguez, de Rojas&Rodriguez, otro grande. Me encontré con María, comprometida programadora de Móstoles y con una antigua conocida vasca, Maite, ex miembro de La Fábrica de Teatro Imaginario, trabajando en Madrid de DJ, entre otras actividades.
Y diciembre se lo dedico a Fernando Bernués. Otro de los grandes, persona de teatro, amigo entrañable, un gran director y escenógrafo. Persona movida por sus pasiones y por sus sueños. Alguien capaz de inventarse la vida cada día. Estandarte del teatro vasco. Pero sobre todo, buena gente, coherente y valiente. Ha capitaneado el Donostia-San Sebastián 2016 hasta que ha considerado que era suficiente. ¡Siempre contarás con mi apoyo!