Praga baila en octubre con Čtyři dny
El festival Čtyři dny (Cuatro días) dedicado a la danza de vanguardia concluyó el pasado viernes con una cálida acogida general por parte del público. En esta edición, el festival ha contado con la participación de compañías procedentes de Australia, Brasil, España, Haití, Israel, Nueva Zelanda, Polonia, Suiza, Sudáfrica y, por supuesto, Chequia.
Entre los espectáculos en cartel, comentar la presencia en Divadlo Archa de MaisonDahlBonnema, una de las compañías satélites de la inclasificable asociación artística belga Needcompany fundada por Jan Lauwers, que presentaron la autodenominada ópera pop The ballad of Ricky and Ronny, de la cual destacaría el libreto de Anna Sophia Bonnema por encima de la interpretación, resentida tal vez, huelga decir, por tratarse de una segunda función en días consecutivos que exigía ciertos requisitos vocales.
En otro de los escenarios del festival, La Fabrika, los polacos Teatr Cinema demostraron su dominio absoluto del espacio y los cuerpos en una pieza de la que sólo cabe exigir que no se acabase nunca. La dirección precisa de Zbigniew Szumski pone en marcha un mecanismo emocional basado en la obra Fragmentos de un discurso amoroso del escritor francés Roland Barthes y articulado por siete intérpretes en diferentes planos. Bravo por Teatr Cinema.
The best and the worst of us de Simone Aughterlony parte de una idea interesante sobre la dinámica de grupos, a pesar de que en escena se desmigaje durante cerca de hora y media provocando entre el público escasas reacciones puntuales, demasiado espaciadas entre sí como para poder valorar el espectáculo satisfactoriamente.
Como broche final del festival, Chunky move propuso su Glow, una obra de alto contenido estético, muy evocativa y, así mismo, valiosa como futura herramienta escénica. En sendos pases, las bailarinas Amber Haines y Harriet Ritchie crepitaron entre los haces de luz y oscuridad diseñados por Frieder Weiss, una maravilla orquestada por Gideon Obarzanek, creador de la compañía australiana y que obtuvo el galardón de mejor obra de danza en su país en 2008.
En el festival también actuaron el Colectivo Uncormorán con Mostup y Ketty Noël con Nelisiwe Xaba con sus madames X e Y de Correspondances. Paralelamente a los escenarios convencionales, se desarrollaron intervenciones espaciales, performances y charlas callejeras en torno a la arquitectura local, así como el Parlamento del Futuro, encuentro que expuso la necesidad de tratar la crisis como gran oportunidad de transformación del conocimiento contemporáneo.
Carlos Be