Incendiaria en combustión

Precariato

En la radiografía de aquella desaparición, el cartógrafo reconoció su ceguera. Porque a aquellas alturas ya no podía ver nada o porque a aquellas alturas ya no tenía nada que ver.

El Consello da Cultura Galega mantiene abierto hasta el 30 de enero el plazo para presentar propuestas al borrador del informe «As artes escénicas en Galicia: situación e perspectivas». El dossier, que puede consultarse en www.consellodacultura.org/noticia.php?id=2707 presenta una panorámica sobre la situación del sector y propone líneas estratégicas de trabajo con la intención de resolver un presente crítico y un futuro incierto.

Precariedad es la palabra que sobresale en la presentación del citado trabajo y la que parece servir para definir la realidad de las artes escénicas en Galicia. Precariedad es la debilidad que dicho sector presenta en el informe DAFO que abre el documento: una precariedad que existe tanto en lo que respecta al ejercicio profesional como en lo que a políticas de creación y promoción se refiere. Y como la precariedad nunca viene sola, ésta llega acompañada de términos como inestabilidad, debilidad y escasez dibujando un tejido teatral asociado a ciertas carencias como el hecho de que «los creadores escénicos nunca hubiesen tenido acceso natural a los espacios de creación y producción siendo los teatros lugares para la exhibición y nunca espacios de creación y dinamización».

Desde la situación de la práctica escolar, comunitaria y asociativa a la promoción interna y externa, el informe repasa el estado de la creación dramática en Galicia, de la edición, de la información y de la crítica teatral, aborda la cuestión de la formación, la investigación y la innovación y analiza la situación de las instituciones escénicas y los sectores de creación y difusión.

Entre otros puntos, el informe destaca que las compañías de teatro durante el año 2011 tuvieron una media de funciones que no llega a 10 –lo que significa menos de una función al mes-. Y el número de compañías y espectáculos, 88 y 104, indica que la mayoría de los grupos optan por producir un espectáculo al año, como mucho. Ese dato, además de comprometer la evolución natural de los trabajos y de no cubrir las necesidades financieras de los proyectos, supone una pérdida de capital humano, una infrautilización de espacios y recursos y una incidencia negativa en el patrimonio cultural. Es el terreno perfecto que, sumado a esta situación de crisis económica que nos rodea, da como resultado la disolución de compañías o la resistencia de otras con un nivel de actividad próximo a la parálisis.

Y junto con la desaparición de compañías, también desaparecen festivales. Desaparecen espacios como las salas Nasa, Galán y Yago. Y con la desaparición de estos espacios desaparecen programaciones especializadas. Y también se cuentan las desapariciones de revistas especializadas en artes escénicas… Todos estos son datos que configuran una radiografía de la desaparición promovida por la precariedad y la inestabilidad gestada o no gestionada en las últimas décadas. El único consuelo ante tanta deficiencia es que la creatividad es el único elemento que puede crecer en medio del desastre y de este «precariato» que nos gobierna.


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