Pregunta sobre la pregunta
En la asignatura de dramaturgias, que se encuentra a mi cargo desde hace un par de años, una vez, un estudiante curioso me interpelo de la siguiente manera: ¿acaso la pregunta es el único detonante de una conversación? ¿Es la única manera que tenemos para saber algo? Y, en ese momento no supe qué responderle. Ahora tampoco, pero sigo pensando en ello. Su razonamiento era claro, si uno quiere saber algo sobre el otro, pregunta. Cuando uno conoce o va a conocer a alguien, pregunta; basta pensar en la forma en la que se desarrolla una cita romántica, por ejemplo. Si hay varias personas reunidas en medio de un silencio incómodo, de forma natural el que más incómodo se siente, pero que más posibilidades tiene de hacerse cargo de romper ese silencio, también es el que fórmula una pregunta, bien sea una pregunta dirigida a alguien o una pregunta dirigida a todos. Pero la pregunta ¿será el motor de toda conversación? ¿La pregunta es uno de los eslabones del conocimiento?
Llegamos a esta conversación cuando estaba presentándoles algunas de las tipologías de los diálogos teatrales (monólogo, aparte, interrupciones mutuas, etc.) y acababa de invitarlos a denominar más tipos a partir de la observación de la vida real, porque es justamente allí de donde se pueden extraer más formas. Por su puesto no es el único lugar, pero es el que más al alcance de nuestra mano se encuentra. Pero lo cierto es que hasta el momento mi invitación ha sido ignorada, aunque yo sigo insistiendo.
No sé qué pensarán ustedes, estimados lectores, pero a mí en este preciso momento me visitan ocurrencias. Pongamos por caso, otra vez, esa situación del silencio incómodo. Nadie, dice nada. Pasa el tiempo. Hasta que “pluff” alguien hace una confesión, un anuncio, una observación. Incluso alguno podría ponerse a relatar un recuerdo. Entonces no, la pregunta no es el único detonante de una conversación, aunque sí vale la pena considerarla combustible. Y es que, en cualquiera de las opciones mencionadas, confesión, anuncio u observación, lo siguiente en aparecer de forma natural sería, sí, exacto, una pregunta exigiendo esclarecimiento. De hecho, tarde o temprano la pregunta aparecería.
Respecto a la otra cuestión, que en todo caso me parece más filosófica y pedagógica, parece obvio que sí, que la pregunta es fundamental para los procesos de desarrollo del conocimiento. Sin embargo, al menos por el momento, me entusiasma más la idea de hacer una morfología de la pregunta, investigando y aclarando todo lo que conlleva, sobre todo a la luz de lo que se puede hacer con ella, sí, como una especie de pragmática sobre la pregunta, para que se pueda convertir en una herramienta sofisticada para los dramaturgos.
Domingo 12 de febrero del 2023
Bogotá, Colombia.