Presentación del equipo y del proyecto
Dagbok «Uppfostrarna och Ouppfostringsbara»
Semana 1
Presentación del equipo y del proyecto
Día 1 de Diciembre
9 de la mañana, la cita es en el vestíbulo del teatro, situado en la planta baja de Kulturhuset. Somos treinta y tres personas las que componemos el equipo (actores, técnicos, directora, ayudante de dirección, escenógrafa y asistente, encargada de vestuario y maquillaje y asistente, productor y ayudante de producción, encargada de trabajo con máscaras, percusionista, distribuidora, relaciones públicas, iluminadora…). Nos dividimos en dos grupos: los veteranos y los novatos. Está claro cuál es mi grupo. Los veteranos entran y preparan «algo» que la directora les explica.
Cuando entramos a la sala nos encontramos con unas diminutas mesas esparcidas por el lugar de ensayos, en penumbra. Cada mesa está flanqueada por dos sillas, también diminutas, y en su superficie un pequeño mantel rojo, unas pastas y dos tazas. En una de las sillas de cada mesa se sitúa uno de los «veteranos». Los «novatos» elegimos mesa y compañero, nos sentamos, nos presentamos y tiene lugar una pequeña ronda de preguntas a la luz de unas velas, con café o infusión como atrezzo. ¿Cuál es tu primer recuerdo de niño? ¿El primer olor que recuerdas? ¿Cómo te veías de pequeño?. Se inicia así el proyecto titulado «Uppfostrarna och Ouppfostringsbara», producido por Unga Klara y dirigido por Suzzane Osten. Más tarde nos presentamos ante todo el grupo, oficialmente, reunidos en círculo. Leemos la primera parte del texto. En sueco, claro. Yo, el único actor extranjero. La experiencia acumulada ayuda a no sentirme un «extraño», y logro controlar los nervios cuando llega el momento de «leer» mis frases. Se pasa el trago.
Día 2 de Diciembre
La directora, siendo fiel a su idea, expuesta el día anterior, de que vamos a jugar mucho en este proceso, se pone manos a la obra. A jugar: «policía y preso»; «una palabra yo, una palabra tu»; «hablar con todas las cosas de la sala»; «asociación libre de palabras»… Lo más curioso es que aquí, en la sala de ensayos, jugamos todos. Cuando digo todos, me refiero también al productor, los técnicos, escenógrafos, percusionista… ¡Todos! Esto me coge desprevenido. De nada sirve la experiencia. No es normal, por lo menos para mí, coger unas piezas del Lego y ponerme a jugar con el productor, con el cual he negociado días antes el sueldo y las condiciones de trabajo. No es normal. Pero esto es un equipo. Todos a una.
Después de comer presentación de la escenografía. Esto también me sorprende. Gratamente. Según el diseño, el espectador «entra» en el espacio de representación. Esta implicación «tridimensional» del público parece que es «marca de la casa». A esto ayuda un espacio polivalente que será pintado y modificado a antojo del equipo de escenografía. El boceto es un hogar, diseñado inspirándose en Las Meninas, de Velázquez, y las variaciones que Picasso hizo sobre dicho cuadro y, el concepto de espacio de representación que Lars Von Trier planteó en «Dogville», a los que hay que sumar algunos pintores y diseñadores que yo desconocía. Hay un punto central en el espacio a partir del cual nos moveremos todos. Un lugar donde se situará un niño, y a partir del cual toda la acción se desarrollará. Muy sugerente.
Día 3 de Diciembre
Percusión y ritmos. Cuatro horas dándole a los bongos y a otros instrumentos de origen africano. Siguiendo el ritmo con palmas y pies. La mayoría de los actores, el resto del equipo hoy no ha venido, con tapones en los oídos y cascos, para amortiguar el impacto del sonido. Yo, vasco, con dos orejas, a pelo. Que no digan. Las manos rojas e hinchadas. Usaremos el ritmo mucho en la puesta en escena. Pero iremos sin cascos en escena, creo.
Así termina esta primera, y corta semana. Tres días de descanso, a causa del calendario de algunos actores y vuelta al tajo. Vuelvo la próxima semana.