Este volumen dedicado al teatro de Rafael Alberti es el primer libro de un ambicioso proyecto que está llevando a cabo la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, que dirige Luis Miguel Enciso, en colaboración con Seix Barral, una tarea que forma parte de los actos de conmemoración del centenario del poeta y dramaturgo gaditano que se desarrollan este año con muy distintas actividades. En total serán siete volúmenes, coordinados por el escritor catalán Pere Gimferrer, dedicados al teatro, poesía y prosa, y editados por diferentes especialistas tales como Eladio Mateos y Ricardo Salvat, que dirigen el teatro o José María Balcells, Jaime Siles y Robert Marrast que se encargan de la poesía; mientras que este último también se dedicará a la prosa.
En este caso, el I volumen dedicado al teatro abarca desde 1926 hasta 1940 y reúne quince piezas, de las que las dos últimas son adaptaciones que el propio Alberti hizo de otros autores. Se agrupa de esta manera el teatro juvenil del escritor hasta su teatro de la Guerra Civil.
Así, se incluye «La pájara pinta, «El colorín colorado», «Santa Casilda», «Auto de Fe», El hombre deshabitado», «Fermín Galán», «Bazar de las provincias», «La farsa de los Reyes Magos», «Los salvadores de España», «Radio Sevilla»,»Cantata de los héroes y la fraternidad de los pueblos», «De un momento a otro», «Nueva obra sobre la familia», «El enamorado y la muerte» y «Numancia». «Aquí hay obras de Alberti que sólo se habían publicado en revistas», e incluso hay algunas inéditas, explica el investigador Eladio Mateos, quien asegura que el teatro que hace el miembro de la generación del 27 después de 1940 es distinto al que se incluye en este volumen.
El Alberti innovador, el que aúna tradición con vanguardia, el que rechaza el teatro que se hacía en España con los hermanos Alvarez Quintero o Muñoz Seca, el que se dejaba eclipsar con los ballets y la pintura es el que queda plasmado en este grueso volumen. «Este libro cambiará la percepción que teníamos del poeta portuense», reconoce Mateos.
Según el editor, Rafael Alberti siempre se quejó de no haber tenido éxito como dramaturgo, y toda su obra forma un bloque conjunto. «Sus primer teatro es inaudito, pone un listón muy alto, su puesta en escena es una mezcla de poesía, pintura y música; es como si en el escenario se reunieran todas sus vocaciones». «Un teatro siempre marcado por la profunda convicción ética y la estética», precisa el editor. El volumen también incluye una introducción, y un apartado denominado «Noticias, notas y variantes», en el que se cuenta el contexto de la obra, dónde se estrenó y las circunstancias que la rodaron.
Gonzalo Santoja es el encargado de las aportaciones críticas de este volumen que detalla también el elenco de las diez obras perdidas e inacabadas del escritor gaditano de las que hoy quedan referencia.
