Bajo la dirección de Ximena Eleta de Sierra y Analida Galindo, ambas reconocidas bailarinas y gestoras de la danza contemporánea panameña, la Fundación PRISMA DANZA realiza del 10 al 16 de octubre la quinta edición de PRISMA – Festival Internacional de Danza Contemporánea de Panamá.
El festival tendrá como sedes principales el Teatro Anita Villalaz, el Ateneo de la Ciudad del Saber y el Teatro Anayansi, y abarca varios espacios alternativos como el BioMuseo, XIELO y el Colegio Elena Chávez de Pinate en Juan Díaz, entre otros. Para la quinta edición, proponen una programación que cuenta con la participación de las siguientes compañías y coreógrafos internacionales, seleccionados de una onvocatoria abierta de más de 300 propuestas:
Cie Toula Limnaios (Alemania)
Compañía Mafalda (Argentina / Suiza)
Andrea Peña (Colombia / Canada)
Otra Danza (España)
GNIMC (España)
Cielo Raso (España)
Ahn Sooyoung Company (Corea del Sur)
Opus Ballet (Italia)
Ferenc Feher (Hungría)
Lab on Stage (Colombia / Austria)
Anna Konjetzki (Alemania)
Las dos compañías invitadas a cargo de la inauguración y clausura del Festival son VIM/VIGOR de Estados Unidos y La Veronal de España, respectivamente. Vim Vigor es una compañía de danza teatro basada en Nueva York que se caracteriza por su fisicalidad y energía; poniendo a prueba los límites del cuerpo humano, pero manteniendo una fuerte conexión emocional.
Por otro lado, La Veronal, creada en el 2005, es una compañía formada por artistas procedentes de la danza, el cine, la literatura y la fotografía. La finalidad de su equipo artístico reside directamente en una constante búsqueda de nuevos soportes expresivos y referencias culturales -cine, literatura, música y fotografía, principalmente- que apuestan por un fuerte lenguaje narrativo con la intención de formar espacios artísticos globales. Como Kieslowski hizo en los ochenta, La Veronal se dispone a crear un decálogo donde cada pieza se sitúa o toma como punto de partida un país o ciudad del mundo, creando una analogía entre danza y geografía. Las piezas no pretenden constituirse como obras documentales que describan el país de forma directa, sino que se sirven de los elementos que el topónimo proporciona para llevar acabo el desarrollo de una idea, de un argumento. En esta quinta edición presentarán RUSIA, una pequeña joya escénica que nos transporta en 60 minutos a una especie de thriller de terror coreografiado inspirado en la estética y los tópicos de la Unión Soviética de los 80.
