Programa de estimulación psicomotriz en el niño malnutrido: Dr. Chupi
GAO-MALI (22/08 ˆ 21/12)
Este programa, organizado por Payasos sin Fronteras, ha comenzado a desarrollarse y ya disponemos de informes e impresiones de los profesionales que han enviado. Os adjuntamos un extracto del informe del payaso Mikio, que nos ha enviado Alex Navarro a través del Boletín Clownplanet, que refleja y contextualiza muy bien, parte de las actividades que desarrolla en Gao. ¡¡¡Buena lectura!!! «Este martes recorrimos el pueblo bajo un cotidiano y agobiador calor, para los demás es normal, pero para un Œtubabu‚ (blanco) es una verdadera prueba de fuego. Llegamos a un campamento de no más de 7 chozas, de esas construcciones que brotan por todos los barrios de Gao. Nos bajamos del coche, yo con la nariz roja, un mameluco azul sin mangas ni piernas y una gran flor de plástico que lanza agua. Lo primero que hago es saludar ˆWargaban- algo asi como, que tal la salud. He descubierto que saludar en lengua local contagia una gran simpatía a todas las personas, inmediatamente se rien y te responden. Además que para los Songhais la salutación es todo un protocolo, estan varias veces repitiendose:
-¿qué tal?
–bien ¿y tu?
–bien ¿y tu?
–yo bien gracias ¿y tu?
Entonces me he puesto a saludar de varias formas y a todas las personas. Me dan las mano con un poco de extrañeza, curiosidad y simpatía. Los niños son los que primeros llegan de todas las chozas corriendo a gran velocidad a ver a este extraño personaje en medio de sus hogares. Poco a poco me he hecho una pequeña rutina a partir de lo que les llama la atención y les produce risa y sorpresa. Comienzo sacándome los dedos en un pequeño truco de magia y continuo con otros truquillos y payaseos. Todos son presa de la atención, grandes y niños , incluso a veces creo sentir que algunas abuelas te miran como agradeciendote por hacer reir a los más pequeños.
Viendo que ya se había creado un buen clima de confianza y atención, me puse un gran Bubú (atuendo masculino típico de los musulmanes) al cual le subo la falda hasta sobre mi cabeza y la mantengo arriba sujeta sobre un par de varillas de madera. Así logro improvisar un pequeño teatrino donde aparecen un par de muñecos hechos de pequeñas botellas plásticas, papel, color y celo. Estos muñecos aconsejan un poco sobre algunas conductas de nutrición fundamentales. Yo hablo en un extraño francés y la enfermera lo traduce en un golpeado songhai. Sin embargo el tema del idioma dificulta un poco el trabajo con los titeres, pero al mismo tiempo llama muchisima la atención esta forma de espectáculo visto por primera vez por nuestros afroespectadores. La idea es poder mejorar esta experiencia porque creo que puede ser una buena herramienta de educación nutricional
Visitas del ŒDr. Chupi‚:
Antes de esta actividad realizamos lo que llamamos la visita del Dr. Chupi que es un preámbulo antes de las actividades psicomotrices. Cuando llegamos al hospital lo primero que hacemos es vistar a las madres y niños que generalmente estan tumbados en los pasillos del área pedíatrica comenzando a dar la leche terapéutica. Como ya tengo confianza con varias madres bromeo muchisimo con ellas, cargo a sus pequeñas criaturas e incluso a veces les doy la leche. Esta semana llegó una pequeña de nombre Sutura, tiene una malnutrición severa, deshidratación y rechaza el alimento (anorexia) por lo tanto se le debe dar la leche por medio de una sonda que entra por su nariz hasta el estomago. Mientras estaba acariciándola, su madre, una joven mujer completamente asustada por el estado de su hija, pensándo quizás que yo soy médico, me pide si le puedo administar la leche con una jeringa a su hija. Asombrado y conmovido por la petición de la madre inmediatamente dije que sí, sin saber muy bien como debía hacerlo. Afortunadamente llegó una enfermera y me explicó como debía realizarlo. Así aprendí a dar leche. La visita del doctor Chupi básicamente es eso; crear un clima agradable y divertido, dar apoyo a las madres y poder aportar ayudando casi como otro enfermero.
Esta semana conocí a otros hermanitos de niños internados, ellos están más activos y son mayores, con uno de ellos he creado una relación afectiva muy buena. De hecho, Alí, le ha dicho a su abuela que cuando yo me vaya el vendrá conmigo a París. Poco a poco he comenzado a jugar con ellos y pretendo enseñarles un poco de malabares y lo que puedan aprender de acrobacia.»