Sin ninguna justificación se prohibió el estreno de la obra La Casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca en el penal y en un teatro extramuros, como era el objetivo de un proyecto de cohesión social. Las internas de la cárcel de mujeres de Tucumán, Argentina, formaron el grupo de teatro «Gente Común» y prepararon durante un año una muestra final de teatro respondiendo a una iniciativa del gobierno: El Proyecto NUEVOS TERRITORIOS DE EXPRESION promovido por tres ministerios provinciales (Educacion, Seguridad y Cultura), un ministerio nacional (Educación) y la Comisión Europea a través del programa EUROsociAL, que promueve la inclusión social en América Latina.
Quienes fueron contratados por concurso para dirigirlo tropezaron con innumerables dificultades. Sin embargo, hubo logros destacables entre los que se cuenta precisamente el trabajo de este grupo de mujeres comprometidas, junto a su director Mariano Quiroga Curia. Cuando todo estaba listo y perfectamente en regla para el estreno (aún dentro del penal) la obra fue cancelada y el proyecto tambien.
El Director y el Coordinador fueron literalmente echados a la calle sin que mediara explicación alguna sobre quien asumía la decisión y por qué razones. Tampoco se informó sobre los modos y momentos en que se desagraviará a las internas permitiendo la conclusión del proyecto con la muestra del trabajo realizado de cara a la sociedad. Ante la falta de interlocutores y para salvar su responsabilidad como Coordinador General, el mismo produjo un informe público sobre los avances y tropiezos del proyecto (más las denuncias sobre la situación de las cárceles que antes las autoridades no quisieron escuchar). Se ha organizado una campaña internacional de apoyo al estreno de La Casa de Bernarda Alba en: www.teatroentrerejas.com.ar
