«La Celestina» de Gemma Cuervo se estrena en el Festival Clásicos en Alcalá
Mañana viernes 17 de junio tendrá lugar el estreno nacional de La Celestina, de Fernando de Rojas, dentro de la programación del Festival de Clásicos en Alcalça, con el regreso a los escenarios de la actriz Gemma Cuervo.
La actriz vuelve a subirse a las tablas después de 9 años, pàra interpretar a La Celestina. La obra se podrá ver durante los días 17 y 18 de junio a las 21:00 h en el Teatro Salón Cervantes de Alcalá de Henares.
A Gemma Cuervo le acompaña un excelente elenco de actores compuesto por Alejandro Arestegui en el papel de Calisto, Olalla Escribano en el papel de Melibea, Juan Calot como Sempronio, Santiago Nogués como Pármeno / Sosia, Rosa Merás como Elicia, Irene Aguilar en Lucrecia, Jordi Soler como Pleberio y Natalia Erice como Areúsa.
La versión teatral es de Eduardo Galán, quien ha realizado una gran labor de síntesis para dejar la duración de la obra en 2 horas y 15 min., Mariano de Paco Serrano está a cargo de la dirección, Tomás Marco, creador de la música, Maika Chamorro ha realizado el vestuario, Pedro Yagüe la iluminación y el espacio escénico es de David de Loaysa. Sinopsis: Calisto, un joven noble apuesto y de preclaro ingenio, penetra persiguiendo a un halcón en la huerta donde se halla a Melibea, de quien queda profundamente enamorado. Ante el rechazo de ésta y aconsejado por su criado Sempronio, decide encomendar su cuidado a Celestina, para lograr por medio de ella el amor de Melibea. La alcahueta consigue mediante artimañas que Melibea se enamore de Calisto. Los criados de éste intentan explotar un beneficio propio a la pasión de su amo: que había prometido una cadena de oro a Celestina si lograba entre todos enamorar a Melibea. Cuando esto sucede, los criados reclaman su parte y ante la negativa de Celestina, la matan. Son apresados y ejecutados por la justicia, de lo que Calisto tiene noticia al día siguiente.
Los amantes olvidan pronto estos tristes sucesos y gozan del amor hasta que un accidente fortuito acaba con la vida del joven caballero. Ante la muerte de su amado, Melibea sube a una torre y se arroja desde ella tras declarar las causas del suicidio a su padre. Termina la obra con el llanto y unas reflexiones morales de Pleberio, padre de Melibea.