Críticas de espectáculos

¿Quién mató a mi padre? / Édouard Louis / Ivo van Hove / 38º Festival de Almada

La vida en ocre

El joven escritor revelación de la literatura francesa, Édouard Louis, afronta en ‘¿Quién mató a mi padre?’ con una crudeza aparentemente catártica, la relación de su narrador, quizás su trasunto, con su familia, especialmente con su padre, un obrero de la industria pesada que con cincuenta años acaba con su cuerpo magullado por su duro trabajo durante toda su vida laboral y que ahora al tener una discapacidad, el sistema le ofrece un trabajo de barrendero a cuarenta kilómetros de su domicilio. Lo que empieza como una catarsis personal, narrando lo que hacía su abuelo a su abuela, los golpes y broncas y el abandono del hogar, se convierte en el desarrollo de la trama en una denuncia, en señalar de manera concreta a quienes mataron a su padre y los nombra de manera directa, los últimos presidentes de la República francesa y con ello amplía su acusación a todas las élites, en todos los estratos, que permiten esta explotación a la clase obrera, que provoca una desafección de las clases populares hacía las políticas que se enmascaran en partidos y retóricas electorales que nunca llegan a plasmarse en la vida cotidiana de esos millones de ciudadanos que no han hecho otra cosa que trabajar.

 

Si este es el planteamiento básico de la obra, el director belga Ivo van Hove, hace una adaptación en forma de monólogo que alcanza unas cuotas casi mágicas de ejecución de todos los subtextos convertidos en atmósferas, en formas que van provocando una sensación de asistencia a un acto de regeneración, de la vida y la muerte, del amor paterno, de la comprensión de un hombre homosexual que debió vivir en el armario en el seno de su familia, pero que acaba no solamente comprendiendo, sino solidarizándose con su padre, ese obrero destrozado por su trabajo en la industria, abandonado por el sistema. El espacio escénico de Jan Versweyveld crea una sensación de caverna, de reducto significativo que mezcla los restos industriales, el humo del tabaco y de las fábricas, un camastro donde postrarse y recibir el amparo del hijo, la conversación que transcurre dentro de la dialéctica más realista, más reconocible, más necesaria, con un padre que intenta mantenerse en el orden, en su fidelidad en sus creencias en partidos o sindicatos, pero que lleva al comprender a su hijo, a leerlo, hasta esa declaración final en una escena maravillosa, cuando el padre abre esa puerta que no se sabe hacia donde lleva, donde el humo de un cigarro se convierte en una nebulosa rotunda y envolvente y le dice adiós a su hijo pensando que la única solución debe ser la revolución.

No hay dogma, no hay demagogia, es una situación que parte del análisis de un texto muy rotundo, que en esta adaptación logra una magnitud sobrenatural debido a que un actor como Hans Kesting, pone cuerpo, pone voz, pone verdad escénica, se mueve con un cadencia física que describe en cada escena su estado anímico, su evolución emocional y su disposición a cerrar heridas, como si estuviéramos en un anti-sicoanálisis, ya que este actor es conciencia, filosofía, belleza, esperanza, solidez, uno y trino. Una interpretación de características hercúleas, que encaja de manera perfecta en toda la propuesta, por lo que se debe señalar que la dirección en este caso se convierte en el gran magma desde el que todos los elementos alcanzan un valor superlativo.

Es un gran espectáculo teatral, una lección de dramaturgia y adaptación de un texto narrativo, con una escenografía e iluminación que son personajes fundamentales con los que se relaciona el actor de manera fluida e impresionante. Todo es bello, todo es verdad, todo es Teatro, porque las palabras llegan convertidas en arte. Magnífica experiencia.

 

Carlos Gil Zamora

 

Obra: ¿Quién mató a mi padre? – Autor: Édouard Louis – Adaptación y dirección: Ivo van Hove – Escenografía e iluminación: Jan Versweyveld – Vestuario: Am D’Huys – Producción: Internacional Theater Amsterdam – Teatro Nacional D. Maria II (Lisboa) 08-07-21 – Festival de Almada


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