Críticas de espectáculos

QUIJOTE. COMPAÑÍA LO’M IMPREBIS

QUIJOTE. COMPAÑÍA L’OM IMPREBIS.// Dirección: Santiago Sánchez// Versión: Santiago Sánchez y Juan Margallo (A partir del “Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes.)// Intérpretes: Vicente Cuesta, Sandro Cordero, Carles Montoliu, Carlos Lorenzo y Sergio Cáceres, entre otros.// LAS CAUSAS IMPOSIBLES.// “La vida de los humanos es mucho más de lo que a cada persona se le deja vivir…”( José Monleón) Los sueños del ser humano, la vida misma que aguarda, paciente, el beso real, para brindarle aventuras maravillosas y encantamientos asombrosos, se escribe en las huellas de los que han osado soñar (aunque sea en un libro) y han sido lo suficientemente valientes como para realizar ese sueño. La compañía de teatro L’om Imprebis, ha cogido amorosamente los sueños que Miguel de Cervantes alojó en la mente de Alonso Quijano, los ha moldeado, los ha conducido hasta el siglo XXI y nos ha revelado la intemporalidad de la esencia que nos hace ser humanos y que condena a la historia, hacia una triste repetición, protagonizada por cobardes… Santiago Sánchez y Juan Margallo no han limitado su labor, haciendo una lectura teatral de un libro maravilloso, de un clásico, de una de las obras cumbre de nuestra literatura. Han ido más allá… Se han y “nos han” acercado a un hombre idealista, sensible, soñador, un hombre transparente… Un hombre que lucha contra la arquitectura del cinismo, de la apariencia y la mentira; han sido seducidos por un adjetivo: QUIJOTE. El calificativo de los seres que optan por mirar la realidad desde otra perspectiva, de las personas cuya armadura la constituyen la verdad, la ética y el corazón. Santiago Sánchez y Juan Margallo, nos han presentado a dos personas, dos posturas, dos opciones; la realidad y la imaginación, la realidad y la utopía, la apariencia y la autenticidad, Sancho Panza y Alonso Quijano, Sandro Cordero y Vicente Cuesta. Es asombrosa la relación que nace y se desarrolla entre ellos. No son caballero y escudero, no hay subordinación entre ambos, puesto que, poco a poco, la utopía irá abrazando el pragmatismo austero de Sancho; poco a poco, la apariencia embaucadora, perderá sus ropajes ostentosos, ante la autenticidad del mundo imaginario, revelador y profundamente humano que, en un principio, sólo respira en la mente del Caballero de la Triste Figura, para acabar ansiando su encuentro el prudente y sumiso Sancho Panza. Debemos creer que la vida es mucho más, debemos creer que el mundo no se mueve en una sola dirección, debemos buscar su rostro, ése que se esconde tras las falsas maneras, vestidas de diplomacia e hipocresía, debemos abrir los ojos, porque detrás de unos inofensivos molinos, pueden esconderse “malvados guerreros camuflados”, porque unas inocentes ovejas pueden ser, en realidad, los verdugos de nuestras ilusiones, los castradores de la esperanza, los asesinos de la utopía… En QUIJOTE, planea la posición clara y contundente, a favor del Soñador Caballero; la empatía absoluta de quien lucha a favor de la causa improbable por imposible… La amorosa comunión del que camina buscando “desfacer entuertos” con la razón, la ética y la humanidad. “Quijote” supone tras “Galileo”, un nuevo reto para esta compañía, donde se conjuga el teatro de palabra, la música, los títeres y la diversidad; todo ello bajo la batuta invisible y perfecta del director y adaptador de este montaje, Santiago Sánchez. La belleza y la majestuosidad del Teatro con mayúsculas inundan la Sala Fernando de Rojas, del Círculo de Bellas Artes; la artesanía y la profesionalidad, seducen a un público entregado al mundo imaginario e ideal de un Ser Humano que se resiste a una realidad austera y áspera… Será porque en cierto modo, también, ese público, se resiste… Nos resistimos.


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