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Ramón Griffero estrena la obra ‘Chile Bi-200’ en el Festival Santiago a Mil

Hoy miércoles 7 de enero se estrena dentro del Festival Santiago a Mil de Santiago de Chile la obra con que Ramón Griffero revivirá cuatro textos escritos hace casi 200 años. El director y dramaturgo pretende así rescatar el teatro clásico chileno y representar los sentimientos de la época de la fundación de Chile. Chile Bi-200 se trata, primero, de un trabajo de investigación hecho por el dramaturgo y director nacional Ramón Griffero. Luego, se trata de un rescate y un homenaje. Finalmente, es una herramienta de aprendizaje.
Griffero está consciente de la falta de reconocimiento que tiene el teatro clásico chileno, de su pérdida y el extravío de los elementos históricos que entregan; elementos que los libros de historia no traen: las costumbres vividas, la manera de enfrentar la vida, el romanticismo, las emociones.
“Es un esfuerzo que se está haciendo hace ya dos años para recuperar el teatro clásico chileno. Yo creo que somos uno de los pocos países del mundo que no hace homenaje a nuestros dramaturgos del siglo XIX, quienes formaron no solamente nuestras artes escénicas, sino también construyeron la cultura de un país”, dice Griffero.
La obra contempla la presentación del resumen de cuatro obras “Camila la patriota de América”, de Camilo Henríquez (1817); “La Independencia de Chile”, de Juan Antonio Torres (1855); “Tarapacá”, de Carlos Segundo Lathrop (1879) y la “República de jauja”, de Rafael Allende (1889), conectadas por canciones populares de la época, por el movimiento escénico de una contemporaneidad de la dramaturgia del espacio y por la utilización de los mismos actores para el montaje de cada pieza.
“Hay un dicho que dice ‘Un país que uno tanto ama y que tanto olvida’. Para que el teatro siga existiendo hay que seguir representándolo. Lamentablemente, como los chilenos desconocemos a nuestros artistas y creadores originales, se empieza a generar esta amnesia de esta cultura y de un teatro que en su momento llegó a tener 22 salas en Santiago y 72 dramaturgos inscritos en la Sociedad de Autores Dramáticos Nacionales y eso implica que había actores, decoradores, tramoyistas; no era solamente alguien que escribía una obra, había toda una cultura escénica en los primeros cien años de la República”, explica el director.
La obra mezcla rasgos costumbristas, sobre todo en cuanto a la conservación del lenguaje utilizado en los textos, y elementos contemporáneos, pero se mantienen los sentimientos y emociones que movieron a los protagonistas, inspirados en los personajes de hace 200 años.
“Camilo Henríquez conoce a O’Higgins, José Antonio Torres conoce a Manuel Rodríguez, Carlos Latrhop vivió la batalla de Tarapacá, entonces estamos viviendo desde el lugar mismo las emociones, el romanticismo; no es que se estén inventando historias, sino que son el reflejo de los instantes que vive el país”, concluye Ramón Griffero.


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