Rebeldías posibles/Compañía Cuarta Pared
Lecciones de impotencia
Obra: Rebeldías posibles. Autores: Luis García-Araus y Javier G. Yagüe. Intérpretes: María Antón, Frantxa Arraiza, José Melchor, Javier Pérez-Acebrón, Asu Rivero y José Sánchez. Espacio escénico y vestuario: María Luisa de la Iglesia. Iluminación: Eduardo Vizuete. Dirección: Javier G. Yagüe. Producción: Compañía Cuarta Pared. Sala Cuarta Pared de Madrid, del 2 al 26 de setiembre.
He vuelto a ver “Rebeldías posibles” en la sala madrileña Teatro Cuarta Pared. Va por la tercera temporada y el texto de Luis García-Araus y Javier G. Yagüe sigue estando fresco y pertinente en esta sociedad desamparada, abocada a una rebelión masiva, a una huelga general. Tres actores y tres actrices dan vida, con absoluta ductilidad, a cerca de una veintena de personajes sumidos en una profunda indefensión.
La pieza plantea varias situaciones kafkianas en las que el individuo es obviado, despreciado, acosado y humillado por las instituciones y organismos, por un sistema que devora al ser humano despersonalizándolo y abandonándolo en un océano social.
La historia matriz desencadena una serie de historias similares en cuanto a la impotencia individual. Un ciudadano intenta reclamar 28 céntimos que la compañía telefónica le ha cobrado indebidamente de más. Incluso, la compañía reconoce su error pero el ciudadano no ve la manera de recuperar el exiguo capital. Parece una cuestión absurda porque solo son unos céntimos pero el hecho se centra en la incapacidad de recuperar la dignidad individual ya sea por 28 céntimos o por 28 millones de euros. Es un asunto de dignidad.
Es la misma dignidad que reclaman el padre que precisa que la Sanidad Pública atienda a su hija tocada por la anorexia, la mujer que tiene su vivienda en ruinas sin ser oída ni por la comunidad de vecinos ni por los seguros; es la dignidad que reclama la persona que quiere apostatar sin encontrar el interlocutor adecuado. Impotencia y desesperación, rabia e indefensión, el texto trata un asunto universal en el contexto social contemporáneo. El tema, por extensión, plantea una reflexión ante otras cuestiones que están en candente actualidad: el desempleo, el acceso a la vivienda, la manipulación informativa, la reclamación ante una comisaría de policía, el funcionamiento de la Justicia, los laberintos de la burocracia, la frivolidad que transmiten los medios para encubrir los temas comprometidos con la realidad, el consumo teledirigido por intereses multinacionales, la persuasión que ejercen los poderes ocultos frente al anonimato de las clases desfavorecidas. El texto no relata todas las situaciones, ahí está su gran valor literario y comunicativo. Plantea una reflexión global, seria, comprometida e inteligente en clave de humor.
Y es que, la puesta en escena transcurre por la línea de la metateatralidad con los actores y actrices cercanos narrando y escenificando las historias en un ambiente de ruptura brechtiana. El desenfado está presente en el discurso narrativo pero el drama, las dramáticas situaciones llegan con facilidad al espectador. El juego teatral se percibe, se participa en él, pero la intensidad de las historias y una interpretación convincente por parte de todo el elenco llegan a conmover.
He vuelto a ver “Rebeldías posibles” que forma parte de la trilogía “Café” y “Siempre fiesta” con lo que Sala Cuarta Pared realiza una programación especial para celebrar el 25 aniversario de la Sala. Me he felicitado por esta recuperación y hay que felicitar a Cuarta Pared por su trayectoria comprometida con el teatro útil. Sin duda es un excelente comienzo de una excelente celebración.
Manuel Sesma Sanz