Críticas de espectáculos

Recortes/Theatre Uncut/Cuarta Pared

 

¿Para cuándo los de las cabezas?

 

Iniciado en 2011 como respuesta a los despiadados recortes que el gobierno británico de la Coalición encabezada por el conservador David Cameron estaba ya aplicando a los derechos civiles y laborales de la población, Theatre Uncut es un programa de movilización teatral que capitanean desde Londres tanto sus codirectoras artísticas Emma Callander y Hanna Price como su productora Sarah Brocklehurst. En aquella ocasión, Uncut encargó toda una serie de obras cortas contra las reformas a varios dramaturgos ingleses entre los que se encontraban nombres tan conocidos como los de David Greig o Mark Ravenhill o jóvenes autores de prestigio como Clara Brennan, Anders Lustgarten, Dennis Kelly o Jack Thorne.

Puestos a disposición de todo el mundo de forma gratuita en su red, Theatre Uncut invitó a las gentes del teatro británico a que, durante una semana en la que no tendrían que pagar derechos de autor, representaran o llevaran a cabo lecturas dramatizadas de estos textos en teatros, escuelas, centros comunitarios, pubs, universidades, casas particulares o calles, en definitiva, «en cualquier lugar y todas partes». Así, entre el 13 y el 19 de marzo de 2011, setenta y cinco grupos de todo el Reino Unido, que llegaron a reunir a más de ochocientos hombres y mujeres de teatro, pusieron en pie dichos materiales dramáticos ante unos tres mil espectadores. La respuesta fue tan abrumadora que el proyecto trascendió la Gran Bretaña, realizándose representaciones en ciudades como Dublín, Nueva York, Chicago o Berlín.

Consciente de que los problemas provocados por la recesión económica se han convertido ya en una crisis política que, a tenor de las actuales protestas y revueltas de la ciudadanía, alcanza insospechadas dimensiones, la organización de Theatre Uncut decidió abrir el programa de 2012 a autores procedentes de todo el mundo. Así, trece dramaturgos de Siria, Grecia, España, EEUU, Islandia y Reino Unido fueron convocados para dar cuenta de la situación política por la que atravesaban sus países. Nuestra representación fue asumida por tres jóvenes autores: Marco Canale, actualmente residente en Guatemala, que presentó su monólogo El nacimiento de mi violencia; Blanca Doménech, Premio Calderón 2009, con otro monólogo, Punto muerto; y la dramaturga catalana Helena Tornero con Ayer. Pero además de esta significativa presencia internacional de nuestros autores, la segunda edición de Theatre Uncut tuvo una importante repercusión en los medios teatrales de nuestro país con la representación o lectura de sus obras en locales y salas como la Real Escuela Superior de Arte Dramático, la Asociación de Autores de Teatro, el Nuevo Teatro Fronterizo, la sala Cuarta Pared, la sala Beckett o el Lliure en Madrid y Barcelona, además de otros muchos grupos de la geografía nacional e incluso de países hispanohablantes como México. Un esfuerzo solidario que, organizado de forma benévola por sus promotores y participantes, sirvió para recordarle al teatro que, en los momentos de crisis del sistema que estamos viviendo, tiene que responder a este reto no sólo con una batería de obras que traten estos temas con arrojo sino, probablemente, con la invención de una nueva poética.

Ahora son los actores Nuria Gallardo y Alberto San Juan quienes, bajo la dirección de Mariano Barroso, presentan en la Cuarta Pared dos de las piezas más representativas del primer programa de Uncut de 2011: Reflectante (Hi Vis) de Clara Brennan y Frágil (Fragile) de David Greig. Hábilmente adaptadas por Juan Cavestany a la realidad de este zoológico español, ambas se refieren a esos recortes de servicios sociales que se ceban en los estamentos más expuestos de la ciudadanía privándoles de centros de atención social, ambulatorios y hospitales a cambio de unas cuantas perrillas que puedan equilibrar un presupuesto, ya de por sí irrisorio, que parece ideado por un débil mental o un inconsciente. En Reflectante, la protagonista es una madre que ha tenido que internar a su hija, ya adolescente y víctima de una discapacidad severa, en un centro especializado. En un tiempo, pudieron disponer de un vehículo a cargo del Estado en que, en silla de ruedas, llevaban a la niña a casa o a visitar a sus familiares. Pero ahora, con la crisis, la furgoneta se ha volatilizado. Y a la madre no le queda más remedio, para ver a su hija casi de incógnito, que vestirse toda de payaso y actuar varias veces por semana ante las criaturas del centro de acogida (entra en la sala a oscuras con el chaleco reflectante de su marido puesto, se enciende un foco entonces y todo se ilumina: no es de extrañar por tanto que los niños la llamen «el payaso que brilla» (the «glow clown»)). Hay que ver a una recién recobrada Nuria Gallardo explicándole al público, sin ninguna clase de falso pudor, cómo le lleva un consolador a la niña para que se masturbe y disfrute al menos por un rato o cómo nos describe, con la imparcialidad de un especialista, el deterioro físico de la enferma. Por detrás de la actriz, está el impactante texto de Clara Brennan, una joven dramaturga forjada en el Fringe de Edimburgo y de quien pudimos ver el año pasado un nuevo monólogo, Columna (Spine), protagonizado por la actriz Laura Presa durante la presentación del segundo programa de Theatre Uncut en nuestro país.

Frágil debería haber sido un diálogo entre José y Carmen, su psicóloga, pero como el presupuesto es escaso, no le ha quedado otra a David Greig, su autor, que sacar de la nómina a uno de sus dos personajes. No importa: Alberto San Juan hará de José y de Carmen haremos nosotros, los espectadores, leyendo en voz alta su papel a medida que se proyecta al fondo. El experimento no es inocuo, ya que tendremos que estar muy atentos a lo que vaya diciendo José y darle la debida respuesta a tiempo. Un ardid pergeñado por el autor para involucrar al auditorio en un problema aparentemente de pequeña entidad pero que tiene muy preocupado al personaje, un tanto inestable mentalmente. Y es que, de nuevo debido a los recortes, las sesiones de terapia que habitualmente se celebraban dos veces por semana en la consulta de Carmen, no sólo se van a reducir a una sola sino que, además, se llevarán a cabo en el centro comercial de la ciudad bajo la responsabilidad de otros psicólogos. Y eso es lo que a José le inquieta: ¿qué va a ser de él y los demás pacientes? Claro que, a pesar de sus deficiencias mentales, José está bien enterado de lo que ocurre por el mundo adelante. De que en Túnez, por poner un ejemplo, un tal Mohamed Bouazizi se prendió fuego delante del Ayuntamiento de su pueblo y que ello provocó que, en poco tiempo, se esfumaran tres dictadores magrebíes. ¿Por qué no repetir la jugada aquí? Tomar la biblioteca, la piscina municipal, el centro comercial y la estación de autobuses de la ciudad. Y una vez requisados los medios de transporte, confluir millones de personas ante el Congreso para gritar allí: «¡Todo esto es una mierda y tiene que cambiar!». Por si acaso, él se rocía de gasolina como Mohamed y lleva un mechero en la mano…

Magistral pieza en su brevedad ésta de David Greig, uno de los más notables dramaturgos británicos del momento (como también pudimos comprobar en el Uncut España de este año con la lectura de otra obra suya, Dalgety). No me atrevo a opinar sobre la altura artística de nuestra interpretación coral del papel de Carmen, pero Alberto San Juan, a la vez apasionado y retenido, está excelente en el de José, una de sus mejores actuaciones que recuerde. Y luego viene, claro está, la «moraleja» de la historia, que no es otra que el poder latente en los más débiles. Y es que los poderosos de esta tierra no sólo carecen de memoria histórica sino que ahora resulta que tampoco saben echar cuentas: parados, desahuciados, oprimidos, represaliados y excluidos son, en efecto, los que menos tienen; si no es su número y cantidad que, al alcanzar la masa crítica en determinados periodos de la Historia, les convierte en una multitud protagonista de la misma. Una verdad de Pero Grullo que se encarga de recordar Theatre Uncut.

David Ladra

Título y autores: Recortes (Reflectante (Hi vis) de Clara Brennan y Frágil (Fragile) de David Greig) – Adaptación: Juan Cavestany – Dirección: Mariano Barroso – Intérpretes: Alberto San Juan y Nuria Gallardo – Producción ejecutiva: Mónica Regueiro y Violeta Ferrer – Escenografía y vestuario: Elisa Sanz – Diseño de iluminación: The Blue Stage Family – Diseño de audiovisuales: Peris Romano – Diseño gráfico: Mar Sarciada – Producción: Kasbah y ProduccionesOff –– Sala Cuarta Pared hasta el 31 de Marzo.


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