Salvaguardando el legado de Fanny Mikey
Bogotá, Mayo 11 de 2016
Señor William Cruz Suárez
Presidente Junta Directiva Fundación Teatro Nacional
Corporación Festival Iberoamericano De Teatro de Bogotá
En mi condición de miembro suplente de la Junta Directiva de ambas instituciones y en mi carácter de Director Ejecutivo y Representante Legal de la Fundación Teatro Nacional, de acuerdo con los estatutos vigentes, pero ante todo en mi calidad de hijo de Fanny Mikey, quiero saber por qué usted como Presidente de la Junta de ambas organizaciones procede a realizar una modificación estatutaria sin siquiera avisarme.
Me vine a enterar de semejante atropello cuando fui a una diligencia personal en el Banco de Bogotá y su gerente me abordó para comunicarme de un crédito por dos mil quinientos millones que iba a ser aprobado en los próximos días; le comenté, como es verdad, que debía estar equivocada porque yo no había hecho ninguna solicitud de crédito. La gerente quedó muy sorprendida de que el Representante Legal no estuviera informado.
Yo mismo no puedo sino preguntarme porqué se me oculta la solicitud de un préstamo de semejante magnitud y porque se me relegó a un segundo plano la gestión del mismo.
He intentado abordarlo para conversar de todas las maneras y no ha sido posible.
Ahora han llegado a mis manos los «nuevos» estatutos supuestamente aprobados en una junta directiva del pasado 29 de abril. A esa reunión no fui convocado.
En los nuevos estatutos propuestos desaparece el cargo que actualmente desempeño, que finalmente es lo de menos. Lo realmente preocupante es que deciden concentrar todas las funciones en la junta directiva y en la gerencia que viene desempeñando el Señor Guillermo Hernández. Las cuales, por lo cierto, son bien excesivas. Una junta y un gerente con poder omnipotente.
El Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá lo creó Fanny, en compañía de Ramiro Osorio, para favorecer al sector teatral colombiano y a la ciudadanía brindando un espectáculo de primera línea. El Teatro Nacional logró construir tres sedes y una escuela. Tal vez pocas personas han trabajado con tanto éxito por la cultura del país y sobretodo con tanto desprendimiento.
De acuerdo con los estatutos que quieren ustedes aprobar, y de acuerdo con los manejos actuales del Iberoamericano, la Junta en cabeza suya, parece más un club de pocos buenos amigos. Ustedes nunca renovaron la junta directiva después de la cascada de renuncias del 23 de noviembre de 2012.
Creo muy sinceramente, por el bien de las instituciones más queridas de Bogotá y del país, que ustedes tienen que explicar claramente todos los movimientos al interior de las mismas que vienen liderando. Las instituciones no les pertenecen a las juntas, ni a sus directivos, sino a las comunidades. Una junta incompleta no puede proceder a aprobar unos nuevos estatutos.
Quiero recordarle que el artículo 17 de los estatutos actuales, reza en el literal (i), que son funciones de la junta directiva: «… reformar los presentes estatutos con el voto UNANIME y FAVORABLE de todos sus miembros». Yo, soy suplente y por lo tanto hago parte de todos los miembros, no fui convocado y esto es irregular. Además tomaron esa decisión con una junta incompleta y por lo tanto eso también es irregular. Pero más que todo, han procedido de la manera más inapropiada. El único fin parece ser crear una simbiosis entre el Nacional y el Iberoamericano para disponer de los teatros, hipotecarlos, venderlos o feriarlos y asumir deudas del Festival que desde la muerte de Fanny no han sabido solventar.
Quiero manifestarle que me opongo radicalmente a todo lo que están haciendo, no solo por mi más íntima convicción personal, sino por el respeto a la memoria de mi madre que trabajó toda la vida, con su alma, para dejar esta herencia a Bogotá y a Colombia.
Procederé con todas las herramientas que me otorgue la ley para impedir tanto atropello.
Cordialmente,
Daniel Álvarez Mikey
Director Ejecutivo
Fundación Teatro Nacional