Santi Fondevila se estrena como autor de teatro con ‘La gran farsa’, escrita a partir del juicio al Procés

Con Alfred Jarry, los hermanos Marx y Monty Python como referentes, la obra es una farsa ácida y crítica con los poderes del Estado

La Sala Beckett estrena esta semana en Barcelona ‘La gran farsa (Els jutges no porten botons vermells a la toga)’, una farsa ácida y sin filtros por la que desfilan los personajes más influyentes de la corte: empresarios, políticos, responsables de medios de comunicación, jueces y miembros de la monarquía. La obra, escrita a partir del juicio a los líderes del Procés, es la primera del periodista teatral Santi Fondevilla. Producción de Cassandra Projectes Artístics, se estrenó en octubre en el Festival Temporada Alta de Girona y permanecerá en escena del 15 de diciembre al 8 de enero.  Jordi Martínez, David Bagés, Xavi Ripoll y Santi Ricard son los protagonistas de este montaje, que cuenta con dirección de Ramon Simó.

Santi Fondevila, periodista experto en teatro y uno de los críticos escénicos generadores de opinión de Catalunya, firma esta obra en tres actos, en la que pasa revista a los poderes políticos, judiciales y militares de un Estado que, si bien es imaginario, nos remite a unos hechos muy cercanos. Para su creación se inspiró en el juicio del 1 de octubre de 2017 a los líderes del proceso independentista catalán.

La obra utiliza el recurso del metateatro para presentar a unos presos que, como actividad ocupacional, preparan una representación teatral. La pieza hablará de su país, «de una monarquía corrupta de apariencia liberal y de unos poderes económicos, militares y religiosos que involucran al poder judicial en la defensa absurda del poder real, la justificación simbólica y práctica de su poder y privilegios para fundamentar la unidad del Estado, la veneración de la fuerza y ​​la incuestionabilidad de la herencia».

 A lo largo de tres actos breves, farsescos y trágicos, se representará una respuesta institucional a una revuelta popular que sólo pretende la conquista de los derechos fundamentales de los ciudadanos, unos derechos imposibles de conseguir. Al final, los presos, arrastrados por su propia representación, defenderán la necesidad de una justicia ecuánime, desinteresada y limpia.

Para construir esta farsa, Fondevila se ha inspirado en ‘Ubú rey’ de Alfred Jarry, que junto a Eugène Ionesco representan a los precursores más importantes del teatro del absurdo, así como en los hermanos Marx y en el colectivo Monty Python.