La loca de la casa

Se escapó la mujer o Teatro del otro

Una mujer se escapa de su casa, del teatro de la casa y de la casa del teatro.

Cierra los ojos. Cuenta hasta diez. Esta sobre una piedra. La piedra está en una ciudad y la ciudad esta extrañamente en un país…

El país es Perú y la ciudad ya no importa cuál es.

Es piedra del Cuzco de imperio Incaico, de ruinas, fortaleza y monumento Cuzco, Roma de América, escenografía única; o de Ayacucho rincón de los muertos, o a lo mejor Lima desierto que podría ser el Sahara, barrios pobres basura en las esquinas, niños jugando a la pelota que a lo mejor es cuadrada o barrios (los menos) impecables, casi gastados de tanto sacar el brillo, niños con aparatos de última generación…

En los otros barrios, en los de la basura, también hay jóvenes con esos aparatos… también los hay en las manos de jóvenes que habitan en pueblos de otras ciudades, de distritos en dónde se sucedieron sendas masacres y en dónde no llega ni siquiera la red de internet, pero los aparatos sí. Allí están. También está la desnutrición y también están personas con una dignidad sin igual, recuperándose de sus heridas, esclareciendo sus verdades. Allí no hay basura en los andenes, pero tampoco hay verduras en la mesa. También hay personas de fuera casi rogándoles que acepten su instrucción para llenar de verde sus tierras.

La mujer llega al parque con torres de alta tensión, al lado, grupos de jóvenes que se reúnen casi a la media noche con las ojeras que llegan a las rodillas, pero la fuerza en el abdomen que le permite danzar no sé qué cosa que estremece al más indiferente, a golpe de zapateo y pisada de tierra, es como ver la danza del fuego fatuo de la película de Saura pero en versión masculina andina…

Teatro, puro teatro, micro teatro en el autobús o cruzando la calle, en el mercado y en el ascensor. Planteamiento, nudo y desenlace, puesto en el escenario quizá resultaría algo traído de los pelos, francamente exagerado…

Teatro gratuito a diario, sobre cualquiera de las piedras.

La mujer saturada de tanto hiperrealismo decide pagar una entrada en el teatro cerrado, el de boletería y sillones cómodos, quiere ver una de las obras considerada una de las mejores de la temporada 2014 de Lima.

La mujer llego tarde, ya no está en cartel…Lo que está en cartel es que está siendo auscultada por la Dirección contra el terrorismo DIRCOTE, la obra, sus realizadores y productores por posible apología al terrorismo… Otra vez teatro del otro…


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