La Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, adscrita al Ministerio de Cultura, encargó al compositor Tomás Marco en 2003 la creación de una pieza musical sobre El Quijote para el IV Centenario de la publicación de la primera parte de la obra maestra de Cervantes. Dos años después, el compositor madrileño ha cumplido sobradamente el reto con El Caballero de la triste Figura, una ópera de cámara que se estrenará el próximo 27 de diciembre en El Teatro Circo de Albacete. Tomás Marco, compositor de larga y variada trayectoria y buceador arrostrado en las más diversas corrientes de lo contemporáneo, ha creado el libreto y la música de esta ópera de cámara. Para elaborar el texto ha utilizado exclusivamente palabras de Cervantes articuladas a través del personaje de la Narración, encarnado por la mezzosoprano María José Sánchez, que comenta la acción y explica las partes no actuadas. Marco se ha atrevido, incluso, a poner en boca de este personaje algo que casi todos los músicos que se han ocupado de la obra han eludido, el famoso inicio de “En un lugar de La Mancha…”. La acción se completa con un barítono, Alfredo García, que encarna a Don Quijote, un tenor, Emilio Sánchez, como Sancho Panza y una soprano, María Rey-Joly, que asume un papel polivalente y da vida a diversos personajes episódicos (el Ventero, Montesinos, la Condesa y Pedro Recio) y a la propia Dulcinea. El cuadro se completa con un pequeño coro de voces femeninas que comenta la acción. La obra, que tiene aproximadamente una hora y cuarto de duración, empieza con un Prólogo, seguido por siete escenas (La vela de armas, Molinos y gigantes, Los ejércitos de ovejas, La cueva de Montesionos, Clavileño, Barataria y El Caballero de la Blanca Luna) y desemboca en un Epílogo.
Cada uno de los episodios principales funciona como un nudo de entronque con los episodios secundarios pero siempre se revierte a ellos e, incluso, pueden entremezclarse. De esta forma, se logra un efecto de síntesis pues, si bien no es posible llevar a la escena todo el libro, si resulta factible sintetizarlo y darle a toda la acción una unidad de base. Todo ello se desarrolla en un espectáculo sin interrupciones, diseñado en un solo trazo para conjugar teatro y música y permitir que se pueda mantener en todo momento el necesario ritmo y el máximo de tensión por parte de los intérpretes.
Aunque la obra puede representarse perfectamente en un teatro, su estructura está pensada para que pueda ser también puesta en escena en plazas, espacios abiertos y otros lugares no convencionales. Está por supuesto dirigida a cualquier tipo de público. La dirección de escena crea un espacio que puede ser fácilmente transformable con pocos elementos, lo que sin duda contribuye también a la agilidad de la acción. Como El Quijote es fundamentalmente una aventura, la ópera también funciona como una aventura escénica. El contar con un grupo orquestal reducido pero en buena parte amplificado, hace que admita montajes en teatros muy grandes y en otros medianos, así como al aire libre.
El proyecto pretende no sólo conmemorar la publicación del libro más importante de la Literatura en castellano sino que trata de acercar algunos de sus contenidos a los públicos actuales. La última creación de Tomas Marcó se podrá ver también en el teatro de La Abadía de Madrid los días 16 y 17 de junio de 2006.
Esta iniciativa se suma a otros proyectos musicales llevados a cabo por la SECC, con la colaboración de otras instituciones, en el IV Centenario de la publicación de El Quijote como han sido la recuperación y el estreno hace un mes de la ópera inédita de Manuel García, Dos Chisciotte, producida por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y el estreno mundial de la versión concierto de la ópera de Cristóbal Halffter Don Quijote el pasado mes de septiembre en Valladolid, gracias a un acuerdo entre la SECC y la Junta de Castilla y León.
