Seda/Hika Teatroa
Dulce suavidad
Obra: Seda
Autor: Alessandro Baricco
Versión teatral: Arantxa Iturbe, Agurtzane Intxaurraga Intérpretes: Itziar Ituño, Víctor Criado, Kandido Uranga, Lierni Fresnedo, Arantxa Iglesias, Mikel Tello, Patxi González, Marina Aparicio
Escenografía: Jon Berrondo
Vestuario: Gabriela Salaverri
Iluminación: Xavier Lozano
Música: Javier Muguruza, Maite Aseginolaza
Dirección: Agurtzane Intxaurraga
Producción Hika Teatroa
Espai Euskal Teatroa – Tàrrega- 10-09-05
La traslación del material narrativo a la escena siempre produce dudas. En este caso hay una dificultad muy clara: los viajes. El protagonista masculino fundamenta su existencia en sus viajes a Oriente, a Japón. Y lo hace reiteradamente, a lo largo de un periodo de tiempo que se va señalando en la narración. Esta parte es de difícil solución escénica. La elipsis y la evocación son las herramientas. Y en este punto las adaptadoras no logran, dramatúrgicamente, claridad, ni la dirección consigue suplir con acciones imaginativas este aparentemente estancamiento, ni la hermosa escenografía alcanza la rotundidad para aligerar este peso. Nos queda el vídeo, reiterativo, pero eficaz. Les puede la necesidad de “contar”, de aportar datos para que después se entienda la situación.
Salvado este escollo, el resto fluye con mayor normalidad y mejor ritmo escénico. Con los personajes enmarcados, con el conflicto destapado, nos queda la bella historia de amor que nos narra, sus peripecias, y un texto que se carga en ocasiones de excesivo rango literario, pero que cuando este mismo asunto se torna en emulsión poética alcanza los mejores resultados.
El equipo actoral defiende la propuesta con entrega, pero destacan las actrices, que son las que aportan ese añadido de calidad, de suavidad, de ternura, de matices interpretativos en donde aparecen las emociones, en donde se encuentran las claves que pueden servir para enganchar con los públicos de una manera más directa. Necesita, quizás, una revisión de la primera parte para hacerla más nítida y rítmica, unos ajustes que los darán las próximas representaciones para que se pueda disfrutar de este trabajo cohesionado que es un evidente paso importante de “Hika Teatroa” y que merece tener una buena vida en los escenarios ya que contiene los elementos necesarios para ser una gozada teatral, suave y sedosa, sin estridencias.
Carlos GIL