Sigourney Weaver emociona con una obra sobre el 11-S
Michael Kennedy, un bombero de Manhattan, fue a otro funeral, el número 51 desde el 11 de Septiembre. Nick, un capitán de Brooklin recordó, como cada noche, a los veinte hombres que perdió en las Torres gemelas. El primer hombre es real, El segundo un personaje teatral. Los dos se encontraron en el Flea Theater, una pequeña sala del Off-off Broadway en Tribeca, no nada más que siete manzanas de casas del World Trade Center, donde se representa “Te guys” (Lo chicos), mucho más que un montaje o que la vuelta a los escenarios de Sigourney Weaver. La Flea es una de las salas que cerraron durante dos semanas y media después de los atentados. Al reabrir, los índices de audiencia bajaron desde el 90% al 5 % de ocupación, con un público abatido y que huía del olor a muerto que convertía a toda la zona en escenario vivo de la muerte.
Jim Simpson, fundador y director artístico del teatro y marido de Weaver, hubo de suspender algunas de las actividades de música, danza e interpretación de la sala. Entonces, uno de los actores propuso buscar una obra que se refiriera al drama que castigaba a la ciudad y al teatro.
Simpson no la encontró, pero coincidió en una cena con Anne Nelson, una profesora de periodismo de la universidad de Colombia que le relató su experiencia, cómo ayudó a un capitán de bomberos en un proceso doloroso y, en parte, de alejamiento, para preparar los panegíricos por los muertos de su compañía.
Ocho días después, Simpson tenía en sus manos “The guys”, el debut teatral de Nelson, que ha conseguido una obra de 90 minutos casi un documental extremadamente humana, respetuosa, íntima y emocionante. En un escenario convertido en un salón, Joane, escucha la descripción de aquel joven principiante de quien el capitán no consigue recordar la cara, o de aquél íntimo amigo que le cambió el turno. El control de la escritura se convierte en un catalizador de las emociones de los dos y también de las 75 personas del público, entre las cuales hay cada vez bomberos.
A principios de diciembre la producción empezó en forma de taller con Weaver, que invitó a Bill Murray. Los compromisos profesionales han obligado al actor a desaparecer del cartel. Weaver la hará las dos próximas semanas. Pero la obra seguirá, con actores menos conocidos.
Uno de ellos es Bill Irvin, que desde el lunes interpreta a Nick. Su brillante actuación ha conseguido el reconocimiento de quien más miedo le provocaba. “Parece uno de los nuestros”, explicaba el lunes Kennedy, uno de los que temen que un Hollywood ávido de guiones sobre el 11-S se aleje de la descripción humana que ofrece “Te guys”. “Muestra lo que somos: no héroes, sino gente, como los que estaban en las Torres, fueron a trabajar aquel día.