Escritorios y escenarios

Sobre ‘Un alcalde a la antigua y dos primos a la moderna’ de José Maria Samper

Todavía no logro comprender por qué hay una falta de reconocimiento hacia la dramaturgia colombiana del siglo XIX. Ya sabemos que una de las obras famosas de ese periodo, sin lugar a dudas, es Las convulsiones de Luis Vargas Tejada. Pero hay un conjunto de obras de otros autores, o incluso del propio Vargas, que no logran instalarse en el campo de visión de los creadores teatrales de la actualidad. 

¿Qué pasaría si desempolváramos esas voces y esas letras y las lleváramos a la escena?

Esta semana mi espíritu se alegró cuando leímos, un grupo de estudiantes y yo,  Un alcalde a la antigua y dos primos a la modena de José Maria Samper. Lo impresionante fue que el curso no paraba de reír, todos estaban conectados. La obra, que está escrita en verso, recrea la mentalidad del siglo decimonónico durante la pugna entre la modernidad y la tradición. Y fue sugestivo notar que, aunque se supone que la mentalidad del siglo XXI se ha transformado notablemente, en comparación con la de los siglos pasados, hay una aterradora vigencia en las situaciones que propone el autor, así como en los comportamientos y en  las estrategias de los personajes para lograr sus cometidos.

Lo que me pareció más importante fue percibir que la obra es una agradable invitación para entrar en el juego de la ficción, porque en la medida en que se van instaurando los caracteres, los conflictos, el ritmo vertiginoso de la comedia y el juego entre el diálogo conversacional y los apartes (que expresan los pensamientos interiores de los personajes y que su suelen contradecir lo que expresan publicamente), se experimenta el gozo y la sorpresa de la ridiculización. 

La obra resultó de una actualidad abrumadora. Y no solo eso, también nos señaló la riqueza del leguaje y sus posibilidades plásticas, lo que a su vez nos hizo notar la pobreza con la que nos solemos expresar en la vida cotidiana. El ejercicio de poner sobre la mesa a “ las dramaturgias olvidadas”, fue absolutamente positivo. Tanto es así que mientras escribo estas palabras, cruzo los dedos de vez en cuando para que algunos de estos jóvenes estudiantes se anime a llevarla a la escena. Realmente quiero verla. 

Sabado 12 de marzo


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