Sonata de otoño/Ingmar Bergman
Demasiado tarde
Obra: Sonata de otoño
Autor: Ingmar Bergman
Intérpretes: Nuria Gallardo, Marisa Paredes, Chema Muñoz, Pilar Gil
Escenografía: Francisco Leal
Vestuario: Sybilla
Música original: Mariano Díaz
Iluminación: Francisco Leal
Dirección: José Carlos Plaza
Producción: Pentación espectáculos
Teatro Arriaga –Bilbao – 15-04-08
Es un pulso, un reproche, un encuentro que termina en desencuentro, una alucinación, un corte en un recuerdo que parece formar parte de algo histórico, un descubrimiento, una pesadilla, un suspiro que dura casi dos horas. La versión de la película homónima de Bergman adaptada por Manuel Calzada y José Carlos Plaza, con la dirección de este último, en que el reencuentra de una madre exitosa con su hija mayor, se convierte en un territorio para las formas sociales que acaban con rasgos melodramáticos. Una vez abiertas las compuertas de la incontinencia catártica, cuando se suelta todo lo amontonado, se convierte en un infierno. Un lugar inhabitable del que esa madre desea huir, porque no soporta verse retratada, incomprendida, apabullada por una versión de la realidad. Quizás todo sucede demasiado tarde para que fructifique un perdón sin condiciones.
Es un texto muy recargado, rozando los excesos sentimentales, que sucede en este montaje en un espacio escénico realmente impresionante, con una buena iluminación, y en donde el reparto nos hace sentir el peso de las dos maneras de enfrentarse a la interpretación, en esta ocasión con una cara interpretativo entre Nuria Gallardo y Marisa paredes, en el que quizás el hieratismo de la segunda, de la madre, ayude a tomar partido por la hija, caliente, desbocada, cercana, orgánica, transmitiendo bastante más verdad. La dirección apuesta por el ambiente, por la puesta en escena, por el texto, que llega marcado por estas dos mujeres, estas dos actrices, estos dos mundos teatrales.
Carlos GIL