Cruce elástico
Obra: Staff
Creación e interpretación: Virginia García, Alexis Fernández, Steven Dall, Damián Muñoz
Espacio escénico: DMDanza
Vestuario: Mónica Plá
Atrezzo: María de Frutos
Música original: Borja Ramos, Steven Dall
Iluminación: Javi Ulla
Dirección: Damián Muñoz, Virginia García
Producción: DMDanza, Fani Benages Proyectes Artístics
Kultur Leioa – 15-03-07
Diez años lleva Damián Muñoz ofreciendo mundos escénicos en donde el movimiento, la luz y la música confluyen en unas propuestas cargadas de referencias. En esta ocasión parece haber dado un pequeño giro, se abre mucho más, no solamente trabaja lo interior, las relaciones ente los intérpretes, sino que busca una mayor comunicación exterior. Asunto que en otras ocasiones quedaba menos subrayado.
La teatralidad se hace más evidente, todos los elementos sobre la escena se van fundiendo en una misma dramaturgia que incorpora no solamente los lenguajes danzísticos, sino que la música en directo adquiere una valor esencial al igual que la proyección de unos juegos gráficos con elementos sólidos realizados a la vista en el propio escenario. Todos estos lenguajes se van cruzan hasta llegar a la cama elástica que coloca de manera central se convierte en el gran símbolo, una presencia perpetua y un lugar desde donde volar, donde alcanzar movimientos en otra dimensión, recortados los cuerpos por la iluminación que como siempre es parte esencial del discurso escénico y que la firma Javier Ulla, que también en esta ocasión abre más, es decir no utiliza solamente los cenitales y recortes sino que en momentos del espectáculo la luz se convierte en festiva, mostrando todo el espacio.
Esta cama elástica dota a la propuesta de elementos de juego, con connotaciones infantiles, al igual que los las proyecciones, que forman junto a la caligrafía de movimientos de danza un conjunto que se remata con una banda sonora, canciones en directo, que colocan al espectador ante una composición irregular, pero muy atractiva, donde el esfuerzo físico alcanza momentos de gran presencia, a los que siguen otros de mayor intimidad, más dulces. Quizás un trabajo impuro, de mucho mestizaje, que parece volarse hacia una indagación nueva de la compañía en donde la presencia de elementos concretos y su utilización forman parte esencial de sus claves comunicativas.
Carlos GIL
