‘Staying alive’ de Matarile Teatro en Donostia y más
El 26 de abril la compañía Matarile Teatro presenta su último espectáculo ‘Staying alive’ en la Casa de Cultura de Egia en Donostia. Volverá a Euskadi el 9 de mayo a Zornotza Aretoa de Amorebieta-Etxano pasando antes por el Teatro Rosalía de A Coruña el 30 de abril.
Además de las dos representaciones en Euskadi Matarile Teatro actuará las próximas semanas en el Teatro Bergidum de Ponferrada, dentro del Ciclo Mudanza (30 de mayo) y en el Auditorio Edgar Nevilee de Málaga el 6 de junio y el 22 en Tenerife, en el marco del Fesgital FAM.
Mónica García, Nuria Sotelo, Rut Balbís y Ana Vallés son las cuatro intérpretes de ‘Staying alive’, el último espectáculo de Matarile Teatro estrenado el pasado otoño y cuya característica principal es que ha sido concebido para realizarse en espacios no convencionales o teatros donde el público pueda compartir la caja escénica con la compañía. Un espectáculo en constante evolución, propiciando el carácter de acontecimiento en cada representación. La obra parte de los textos de Ana Vallés y destaca la iluminación realizada por Baltasar Patiño.
«En Staying alive’ partimos del significado del propio título: seguimos vivos, nos mantenemos vivos. Desde la peor Europa posible. A pesar del miedo, o por encima del miedo, ese miedo incierto que vivimos en Europa, sobre todo los habitantes del sur. Partiendo de lo difícil que es ver lo que tenemos delante de nuestros ojos, surge la necesidad de plantearnos cuál es nuestro lugar en el mundo. Lo que se insinúa o se sugiere importa más que lo que se afirma o se muestra. Provocar la magia de lo que puede ser, la imaginación de lo que no conocemos, la suposición de otra realidad que nos atrae por el misterio de lo desconocido. Uno imagina viajes que no llegará a hacer nunca. «Los preparativos del viaje son más excitantes que el viaje mismo, quizás porque en ellos la imaginación es muy poderosa y todo es posible antes de ponerse en movimiento», como dice Vila-Matas.
Nos movemos por emociones; las emociones nos llevan a entrar en acción. Entremos, ¿por qué no? Las plantas, que no tienen emociones, no se equivocan. Y como decía Roberto Bolaño: «El mundo está vivo y nada vivo tiene remedio. Esa es nuestra suerte» afirma Ana Vallés.