El artista sin su obra

Obra: Su seguro servidor, Orson Welles – Autor: Ricard France –  Intérpretes: José María Pou, Javier Bertrán – Escenografía: Ramón Sumó – Vestuario: María Araujo – Dirección: Esteve Riambau – Producción: Focus – Lugar y fecha: Teatro Arriaga –Bilbao- 12-03-10

Orson Welles encerrado en un estudio de grabación realizando un trabajo alimentario: poner su magnífica voz a los anuncios comerciales más inverosímiles. Y con una obsesión ser recibido por Spielberg para intentar acabar su obra magna, El Quijote al que le falta completar algunas escenas. Una situación que retrata a un artista en situaciones perentorias, dominado por su ansiedad, sentencioso, donde su ego siendo majestuoso, no logra protagonizar todo cuanto vemos, sino que aparece el artista sensible. Su compromiso con el arte, en ocasiones disfrazado con anécdotas más livianas, como para dotarle de un perfil más mundano, que lo tuvo, por lo que debe entenderse su gran proyección entre líneas, en sus discursos más vehementes, en sus reflexiones más sentidas, en las que se queda desnudo, sin sus alharacas más relucientes pero menos fundamentales en su biografía.

Personalidad inabarcable, contradictoria, fiel a sí misma, artista en el sentido más político del término, se nos presenta n el cuerpo, la voz, la gestualidad de José María pou que, una vez más, se muestra en toda su magnitud, en su inconmensurable capacidad para dotar de verdad escénica a estos personajes, grandes, inmensos, y hacerlos suyos, caminar con ellos como si fueran un único ente, y eso se convierte en placer para el espectador y en vuelo artístico parejo. En esta ocasión con un espacio escénico realista, una caracterización adecuada y una iluminación meramente ilustrativa. Un texto hábil, una dirección sutil y un pedazo de actor dando vida a un pedazo de personajes y artista.

Carlos Gil