Super Rawal/Vania Produccions
Documento sentimental
Obra: Super Rawal
Autor: Eric Bogosian
Intérpretes: Andrés Herrera, Oriol Vila, Marc Martínez, Hamid Krim, Mehroz Arif, Duna Jové, Sara Desirée, Iván Morales, Ruth Raulí
Escenografía: Xavi García
Música: Lluís Cartes
Iluminación: Kiko Planes Dirección: Marc Martínez
Producción: Vania producciones
Antzoki Zaharra – Donostia – 09-07-03 – Feria de Teatro
Un esquina de cualquier barrio de cualquier ciudad europea en donde la especulación inmobiliaria, los planes de rehabilitación y la emigración se cruzan. En donde un mundo que llega se encuentra con un mundo que está, pero en proceso de retroceso. Es un retrato, una foto fija, muy realista, hiperrealista se podría decir por algunos pasajes e intenciones estéticas e interpretativas, con el protagonismo de unos jóvenes que parecen haber olvidado ya su futuro, que sobreviven formando parte vital de un paisaje que se derrumba y parece ocultar todo rayo de esperanza.
La intención documental parece clara y evidente, no queda tan claro el mensaje, la tesis que mantiene, ya que es un conflicto vivo, entre individuos segregados de la sociedad del bienestar, que no están en contra de ella, sino que se sienten excluidos, por lo que no se debe identificar el abandono de los barrios con la presencia de emigrantes, sino lo contrario, al ser barrios depauperados, son los únicos lugares a donde pueden acceder muchas familias, emigrantes o no, pero siempre de recursos y rentas limitadas.
No hay una clara línea argumental, hay unos personajes que se nos presentan con todos los tópicos para que los podamos identificar a la primera ocasión, y unos diálogos muy banales, sin vuelo, pero que forman parte de la propuesta estética ya que los personajes hablan con sus limitaciones de clase, con sus jergas, con sus tonillos. Hay algunas buenas actuaciones, tiene un poder seductor la propuesta por la frescura interpretativa, pero es demasiado plana, el documento se convierte en sentimental y hasta paternalista. Utiliza recursos narrativos cinematográficos, sabe dosificar un humor compasivo para combinar con las crudezas que nos muestra. Inquietante trabajo de bajo perfil teatral.
Carlos GIL