En cartel

Teatr ZAR presenta tres proyectos en Naves Matadero

A partir del 25 de noviembre y en colaboración con el Instituto Polaco de Cultura de Madrid, se presentan en Naves Matadero (Madrid) tres proyectos de la compañía Teatr ZAR. Formado en el Instituto Jerzy Grotowski (Polonia) y premiado con los principales premios internacionales (Best New Music Theatre de Los Angeles Times, Total Theatre en la categoría de teatro físico y Herald Angel), el grupo liderado por Jarosław Fret empieza su estancia en Madrid con la instalación ‘My Eye is my Country’, para representar posteriormente dos espectáculos: ‘Medeas. On getting across’ y ‘Armine, Sister’. El trabajo del Teatr ZAR se pudo ver por primera vez en España en 2011, en el Teatro de La Abadía de Madrid, donde se presentó la obra ‘Anhelli. La llamada’ dentro del Programa Cultural de la Presidencia polaca de la UE.

  

MY EYE IS MY COUNTRY 

25, 26 y 30 de noviembre, y 1 y 2 diciembre

‘My Eye is my Country’ es una instalación que presenta canciones, historias y voces de refugiados, dentro de la escenografía del espectáculo ‘Medeas. On Getting Across’. Los habitantes de los campos de refugiados, mujeres y niños, documentan sus vidas usando cámaras, teléfonos móviles y otros dispositivos para intentar dar una visión de sus vidas desde una perspectiva externa. La instalación se generó durante dos semanas de proceso, seguidas de talleres intensivos de selección y montaje de materiales. No se trata de piezas audiovisuales sobre su viaje a Europa, sino de historias sobre lo que sucede en esos momentos. Para la mayoría de los visitantes, esta será la única manera de escuchar y ver lo que los migrantes de diferentes partes del mundo tienen que soportar y padecer.

MEDEAS. ON GETTING ACROSS

1 y 3 de diciembre

El nuevo espectáculo de Teatr ZAR, ‘Medeas. On getting across’, dirigido por Jarosław Fret, se estrenó en octubre de 2016 en la última Olimpiada Internacional de Teatro, organizada por el Instituto Grotowski en Breslavia (Polonia). Se trata de una performance cuya dramaturgia musical está creada alrededor de canciones árabes, persas y kurdas interpretadas por cantantes invitados de El Cairo, Teherán y Estambul, donde las palabras también pesan y representan el destino de los refugiados. Es una secuencia ininterrumpida de acciones e instalaciones que confluyen en una visión poética del rechazo. No es teatro político sino una exploración íntima de la experiencia de ser rechazado.

«Mostramos a Medea fuera del tiempo, del mito, explorando un problema que es tan universal como urgentemente contemporáneo: la migración. Hablamos sobre la imposibilidad de cruzar la frontera de nosotros mismos creada con la línea de nuestros cuerpos que se mueven entre tierra y mar, continentes y personas. Hoy en día Medea podría ser una refugiada a las puertas de Europa y cuando comenzamos este proceso no sabíamos que se convertiría en una especie de texto litúrgico para todos aquellos cuyos nombres nunca conoceremos y que se están muriendo en la travesía hacia Europa. Un lamento asociado con el luto y acompañamiento de los fallecidos. Una estructura polifónica que proviene del Cáucaso, del mismo lugar donde viene Medea, y que es la esencia del Teatr ZAR», resume su director Fret. 

El espacio donde se desarrolla ‘Medeas. On getting across’ se transforma en un lugar de encuentro para la observación, la memoria, el lamento y la disponibilidad, con todos los riesgos que esto conlleva, para realizar una conexión vertical y espiritual y para sentir que lo que se está experimentando no forma parte solo de una creación estética sino de la vida misma. «Gracias a su composición multilingüe y multienergética, Medeas se convierte en una liturgia silenciosa ajena a cualquier religión, desprovista de cualquier dogma y teología. Esta es la misma liturgia, aunque ocurra en el teatro, que la que acontece en el corazón de cada uno de nosotros cuando pisamos la orilla del mar Mediterráneo», cuenta Jarosław Fret. 

ARMINE, SISTER

2 y 3 de diciembre

El espectador no entra en una sala de teatro. Lo hace en la penumbra crepuscular de una iglesia, convirtiéndose en actor y testigo de algo que todavía vive un silencio formal en Turquía: la exterminación de los armenios cometida a principios del siglo XX. «Originariamente la pieza pretendía ser una reunión en la que no se invocara a los muertos sino que ellos se manifestaran para desenterrar y hacer visible su pasado», dice su director. Y la intención se hace obvia desde el título, formado por las dos primeras palabras de una carta sin dirección, sentenciada a vagar por el tiempo y el espacio. El proyecto ha sido realizado a través de las expediciones e investigaciones de la historia y tradición armenia, y una de las ideas básicas del mismo es abordar la cuestión del tabú y de la hipocresía de la historia confrontada con el deber de dar testimonio. Relacionando el futuro post-Auschwitz que Adorno predijo para la poesía, el arte y la educación, Teatr ZAR reflexiona sobre la posibilidad de que el s. XXI no se convierta en el siglo de la ignorancia y se pregunta sobre Europa como una cuestión de historia, identidad y dignidad. 

Teatr ZAR

Teatr ZAR se formó en el Instituto Jerzy Grotowski (Polonia) durante las expediciones de investigación a Georgia entre 1999 y 2003. En estos viajes recopilaron gran cantidad de material musical y cuentan que posiblemente encontraron las composiciones polifónicas más antiguas del mundo. (“Zar” es el nombre de las canciones funerarias cantadas por los Svans, habitantes de las zonas altas de la región del Cáucaso, en el noreste de Georgia). Teatr ZAR intenta demostrar que el teatro no solo debe ser visto, sino que sobre todo ha de ser escuchado.

Sus actuaciones son parte de un largo proceso de investigación, viajes, exploraciones personales y transformación. Nos traen de nuevo el teatro como era antes de que el arte se fracturara en diferentes disciplinas y estilos, encargándose de temas que hoy en día parecen estar reservados solo a la religión, y apoyándose en la creencia que proviene del pensamiento romántico polaco de que el objetivo de esta forma artística no es solo ser complementaria al movimiento religioso, sino también ser capaz de llenar el vacío dinámico entre la vida cotidiana y la transcendencia. Juliusz Osterwa, uno de los pocos que intentó poner en práctica estas ideas y cuyo pensamiento fue una inspiración para J. Grotowski, dijo: «Dios creó el teatro para aquellos a los que no les basta la Iglesia».

El primer gran éxito de Teatr ZAR fue la trilogía ‘Gospel of Childhood’. Realizada entre 2003-2009, supuso la culminación de una investigación de más de diez años y del desarrollo de la propia compañía. La estrenaron en el Barbican Centre de Londres y giró por ciudades como Los Ángeles, San Francisco, Florencia, etc. Obtuvo el premio Best New Music Theatre de Los Angeles Times y se exhibió en el Fringe Festival de Edimburgo en 2012, obteniendo el Total Theatre en la categoría de teatro físico y Herald Angel. A partir del año 2011 el grupo se vuelca en el proyecto ‘Armine, Sister’, dedicado a la historia y cultura de la nación armenia que habita en Anatolia y a la exterminación de los armenios cometida a principios del siglo XX. El proyecto ha sido realizado a través de las expediciones e investigaciones de la historia y tradición armenia, siendo una de las ideas básicas del mismo el abordar la cuestión del tabú y de la hipocresía de la historia confrontada con el deber de dar el testimonio.


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