La ciudad amaneció en silencio, quieta, soleada y dispuesta a escuchar. Anoche, casi que no se duerme, sus pulsaciones fueron representadas por los fuegos artificiales, de todos los colores, que no dejaban de manifestarse en el horizonte. La ciudad se convirtió en espectáculo, en fiesta, en ritual. Y yo, mientras observo por la ventana a esta ciudad que hoy se siente y se ve distinta, pienso en que, si la teatralidad es anterior al teatro, en el teatro no dejamos de percibir la teatralidad de todo lo que nos rodea.
Así la noción de teatralidad se puede entender desde múltiples acepciones. Efectivamente, como noción anterior al teatro que se manifiesta en la vida primitiva de las culturas, es decir, como práctica social, como esa posibilidad de organizar y organizarse por la mirada del otro, como diría Dubatti; como esa sutil variación del comportamiento cuando observo o me siento observado, como me organizo para ser percibido por los demás.
En segunda medida, puede entenderse desde otro lugar, mejor dicho, estando uno instalado en el campo del teatro y no tanto en las prácticas sociales. Y entonces la teatralidad sería un concepto que manifiesta esas cualidades, esas categorías, que hacen que el teatro sea algo tan específico. Como cuando un dramaturgo tiene que hacer un ejercicio de adaptación de un cuento y su misión no es otra que buscar, analizar y dar cuenta de la “teatralidad” del cuento para volverlo espacio de la enunciación, para volver al narrador personaje, para transformar al lector en espectador, etc.
La teatralidad también es utilizada en plural y las teatralidades funcionan para dar cuenta de los cambios poéticos, estéticos o históricos, que el teatro va sufriendo en la medida en que se desarrolla la sociedad, por lo cual resulta una diversidad de teatralidades, como las aristotélicas, épicas, performáticas, las pre-dramáticas, dramáticas o pos-dramáticas, de lo real, de lo testimonial, de lo documental, por nombrar algunos ejemplos.
Y al mismo tiempo, para los creadores, la teatralidad, a veces es difícil de enunciar, de definir, tiene algo que resulta innombrable, pero que, paradójicamente es fácil de percibir, de notar en un plano sensorial, experiencial…
La teatralidad no puede ser definida unidireccionalmente, es poliédrica, ambigua, multifacética, como la vida en esta ciudad.
Domingo 8 de diciembre del 2024
Bogotá, Colombia.
