Teatristas arrestados en Vieques
Teatristas, artistas, intelectuales, políticos y civiles arrestados en masa en la Isla de Vieques, Puerto Rico Durante más de sesenta años, la Marina de los Estados Unidos de Norteamérica ha bombardeado con sus prácticas la pequeña Isla habitada de Vieques, parte del archipiélago de Puerto Rico. La Isla, habitada por una comunidad de alrededor de 9,000 puertorriqueños, padece hoy de altísimos niveles de cáncer, afecciones pulmonares y cardíacas, así como como toda clase de privaciones sociales como el derecho a la pesca, al libre tránsito por su tierras y al pleno ejercicio de su vida civil por razón y culpa de estas prácticas en las que se utiliza toda clase de armamentos sofisticados, como el uranio reducido.
Teatristas, artistas, intelectuales, políticos y civiles arrestados en masa en la Isla de Vieques, Puerto Rico Durante más de sesenta años, la Marina de los Estados Unidos de Norteamérica ha bombardeado con sus prácticas la pequeña Isla habitada de Vieques, parte del archipiélago de Puerto Rico. La Isla, habitada por una comunidad de alrededor de 9,000 puertorriqueños, padece hoy de altísimos niveles de cáncer, afecciones pulmonares y cardíacas, así como como toda clase de privaciones sociales como el derecho a la pesca, al libre tránsito por su tierras y al pleno ejercicio de su vida civil por razón y culpa de estas prácticas en las que se utiliza toda clase de armamentos sofisticados, como el uranio reducido. Durante 60 años, la resistencia de nuestro pueblo a estos bombardeos a costado vida y hacienda a los puertorriqueños. Hace aproximadamente dos años, un avión de práctica de la marina dejo caer una de sus bombas sobre un puesto de observación donde trabajaban viequenses civiles, asesinando al guardia civil puertorriqueño David Sanes, e hiriendo a otros. Este asesinato a mansalva coronó una larga lista de muertos y heridos, que la Marina de Estados Unidos ha construido desde que invadió y usurpó los terrenos de Vieques, Puerto Rico en la década del 40. Desde el mismo día de la muerte de Sanes, cientos de puertorriqueños han usado el derecho a la desobediencia civil, y han penetrado a los campos de tiro de la Marina estadounidense para poner sus cuerpos como escudo. Para con su cuerpo y su vida, proteger este espacio nuestro de tierra, ultrajado y violado. Desde 1999 se mantuvieron campamentos de desobediencia civil en estos terrenos, pero el 4 de mayo, hordas de Marshalls del Departamento de Justicia Federal arrestaron a todos los desobedientes civiles, y luego del cambio de Gobierno en noviembre del 2000, se iniciaron procesos legales para paralizar los ejercicios militares. En las pasadas semanas, cuando la Marina volvió a anunciar la reanudación de sus prácticas., y el gobierno de Puerto Rico se declaró impotente en sus estrategias legales, los desobedientes civiles y los «obedientes a Jesús», han ocupado nuevamente las tierras que nos pertenecen, penetrando en la noche los terrenos de prácticas para impedir que estas continúen. Sin embargo, la Marina de Estados Unidos, para aumentar su vergüenza ante el mundo, ha procedido contra ellos a balazos, a gases, a arrestos violentos y a registros y encarcelamientos inhumanos. Más de 200 desobedientes han sido arrestados en los últimos días. Estos actos de represión y ultraje son el ejemplo que da al mundo una Marina salvaje, violadora de nuestra dignidad de pueblo, para quienes sus intereses de seguridad nacional, y la preparación de sus soldados, son mucho más importantes que la vida de nuestra gente, a la sazón también ciudadanos americanos. En día 26 de abril, la Marina de los Estados Unidos disparó sus bombas en el campo de tiro, con cientos de personas civiles en medio de la línea de fuego, en claro menosprecio por la vida humana. Los arrestados han sido llevados a la prisión Federal de Guaynabo, sin fianza muchos de ellos, y otros con altísimas fianzas por delitos menores como si fueran criminales y asesinos. En este momento en que escribo este mensaje a la comunidad teatral del mundo, no sabemos del paradero de los arrestados, ni el estado en que se encuentran. Los desobedientes civiles siguen entrando al terreno de tiro en las noches, docenas de ellos, hasta que los Estados Unidos se vea obligado arrestar y perseguir a todo nuestro pueblo, que por primera vez en su historia a logrado un consenso absoluto al rechazo de la presencia de la Marina de los Estados Unidos en la pequeña pero brillante tierra nuestra. Este problema, secuela de nuestro inagotable problema colonial, no tendrá suficiente eco en la conciencia libre del mundo si no lo gritamos a voz en cuello, buscando el respaldo de toda la comunidad americana y europea que nos hermana. Entre estos arrestados se encuentran artistas, intelectuales, senadores del pueblo de Puerto Rico de todos los partidos, artistas extranjeros y activistas ambientalistas de Estados Unidos y el mundo. Ya son más de 200 los arrestados hoy, mañana pueden llegar a 400. Pasado mañana nos arrestarán a todos por el solo delito de exigirles que se larguen de aquí. Hermano del mundo, riega la voz; que se avergüencen, una vez más, de su gigante y omnipotente hipocresía. Roberto Ramos-Perea dramaturgo puertorriqueño ____________________________________ Mujer 1: Pero si ellos no lloran al morir, tampoco nosotras. ¡Mujeres de Vieques, en esta tierra no se llora! Aquí se lucha y se desangra; si cae uno, diez se levantan. Si las bombas nos matan un hijo, quince más les habremos de parir. En esta tierra no se llora.. y si sale una lágrima porque ya no se pueda más… que el agua de esa lágrima alimente a una planta nueva, que humedezca la flor de nuestro campo, que cure una herida de batalla… lágrimas, solo para vivir. LAS VIEQUENSES: Que en esta Tierra no se llora, se lucha.