Zacatecas es una ciudad cuyo destino es la actividad cultural, porque su paisaje urbano es un gran espacio adonde se pueden habilitar escenarios para la representación de cualquier disciplina artística, sin que sean necesarios muchos accesorios, porque esta urbe posee un sello histórico indeleble, que deja la sensación, al visitante, de que allí todo es latente, y cobra vida cuando las condiciones así lo exigen. Por eso, en Zacatecas, la imaginación en torno de la actividad artística no convencional, fluye en forma constante, porque la ciudad, aunque ancestral, también convida a la exploración y al reto de enfrentar lo innovador con lo tradicional.
El festival de teatro, que en el próximo mes de mayo realizará, en esta ciudad, la compañía de teatro Cosmicómicos, con el sello rotundo de teatro alternativo es, según palabras de Sergio Salinas, uno de los decididos impulsores de la idea, una forma de romper los esquemas, que hacen del arte algo repetitivo y monótono, pero, también, una manera audaz de resolver la ausencia de público, un problema que padecen quizás la totalidad de propuestas empeñadas en mantener formas de interacción tradicionales, como la obra en la escena y el espectador en la sala de butacas.
La propuesta del Teatro Cosmicómicos nos lleva por extensión al tema del público, y es la razón por la cual hemos tomado interés en esta convocatoria y decidido hablar un poco de ella en este periódico, porque la misma nos sugiere la intención, por parte de sus creadores, de probar estrategias para cautivar al público, como la de ir a su encuentro y crear el concepto de que el teatro es algo con lo cual puede uno encontrarse en cualquier esquina, e iniciar con él un diálogo, sin la mediación de enredadas discusiones intelectuales.
Esta estrategia contrasta con la opinión de algunos analistas, que dan por sentado el desinterés de la gente por las artes, o en general por todo cuanto es reconocido como arte, bajo el argumento de que nadie quiere pensar, pues para los gestores del Teatro Cosmicómicos el ser humano, además de ser curioso por naturaleza, siempre tiene preguntas por resolver, para continuar el ritmo de su vida con una relativa comodidad de consciencia, razón por la cual siempre estará dispuesto a atender situaciones que le sugieran novedades.
El problema del púbico, según estos gestores, se encuentra en las nuevas relaciones de las personas con el espacio y el tiempo, pues éstas determinan en gran parte la razón por la cual alguien se convierte o no en un espectador, y a medida que estas dos categorías se tornan más exigentes, el espacio más largo y el tiempo más corto, la conversión de alguien en un potencial espectador es algo que exige una convocatoria más personal. Por eso, para los gestores del Teatro Cosmicómicos, llevar un mensaje, a través del arte, dentro de las condiciones actuales de espacio y tiempo, es un asunto cuya eficacia se logra promoviendo el ejercicio del teatro, y de las demás actividades artísticas en espacios no convencionales, adonde se pueda sorprender al transeúnte y sembrarle la idea de que en la ciudad, aparte las cosas rutinarias que fatigan la vida, también se pueden encontrar estímulos que convidan a pensar y a soñar.
Uno de los objetivos de este festival de teatro alternativo es hacer entender la ciudad como un gran escenario lúdico, en donde pueda albergarse una estética escénica fresca e irreverente, que ayude a todos a descubrir la realidad que la rutina oculta.
