Teatro Avante presenta en Molina de Segura su versión de la ‘Yerma’ de Lorca
La compañía Teatro Avante (Miami-USA) presenta la obra Yerma de Federico García-Lorca el sábado 28 de marzo, a las 21.00 horas, en el Teatro Villa de Molina, en Molina de Segura, Murcia. Dirigida por Lilliam Vega, esta puesta en escena la caracteriza la plástica, música original (Héctor Agüero Lauten), diseños de escenografía y vestuario (Jorge Noa y Pedro Balmaceda), y luces (Mario Ernesto Sánchez).
La misma compañía que deleitara al público de Molina de Segura hace un par de años con una adaptación muy original de La tempestad de Shakespeare, ahora nos brinda Yerma, una de las obras atemporales del gran escritor granadino Federico García Lorca. El elemento que actualiza a esta Yerma latinoamericanizada, producida por Avante, es la pasión, la insatisfacción amorosa, la búsqueda de sueños imposibles de concretar frente a una sociedad que la detiene bajo juzgamiento e inaceptabilidad de una realidad que, en esa época y tiempo, simplemente se silenciaba. La pasión azota a Yerma, la sacude y arrastra. La realidad dista de ser amable, por lo tanto el lamento es constante en esta Yerma sensual y explosiva, que busca por distintos caminos saciar su sed apasionada y la libertad, que vislumbra pero que jamás alcanzará.
Dirigida por Lilliam Vega, esta puesta en escena la caracteriza la plástica, música original (Héctor Agüero Lauten), diseños de escenografía y vestuario (Jorge Noa y Pedro Balmaceda), y luces (Mario Ernesto Sánchez). El reparto esta compuesto por Jacqueline Briceño (Yerma), Julio Rodríguez (Juan), Gerardo Riverón (Vieja Pagana/Lavandera), Jorge Luis Álvarez (Víctor/Lavandera) y Rocío Carmona (María/Muchacha/Lavandera).
SOBRE LA OBRA
Yerma no es sólo el drama de la mujer infértil en una tierra dura y áspera. Es también el drama de las represiones, la ausencia de amor y verdadera comunicación, o simplemente del deseo: el deseo que fructifica y hace nacer la vida. Heredera de una tradición que se remonta a los antiguos rituales de fecundación y fertilidad, la obra de Lorca es susceptible a miradas divergentes, desde la mirada exterior, social del personaje (su conducta frente a las convenciones establecidas) que narra la transgresión, el crimen, hasta una exploración del mundo interior, el imaginario secreto, sumergido, de una mujer que, como en el poema de Óscar Wilde, mata lo que ama. El énfasis de la versión y la puesta en escena no estaría solamente en la condición infértil del personaje (el relato conocido) sino en la exploración de ese mundo sumergido apresado en el imaginario de una mujer que sueña y alucina más allá (o más acá) de los límites de su condición. Desde este punto de vista, la Mujer/Madre/Tierra, analogía en la que se fundamenta el texto, no asume o reconoce sólo su condición reproductora, sino también, y esencialmente, el universo de sus sueños, fantasías y delirios.