Teatro Corsario estrena hoy en el Teatro Liceo de Salamanca «Aullidos» -tercer montaje de títeres con el terror, el humor negro y el erotismo como ingredientes principales. Como en La maldición de Poe y Vampyria el espectáculo está ideado y dirigido por Jesús Peña, y cuenta con la manipulación de Teresa Lázaro, Olga Mansilla y Sergio Reques. Tras los éxitos cosechados con los espectáculos La maldición de Poe y Vampyria, con los que han atemorizado a los espectadores más atrevidos de buena parte de Europa, los vallisoletanos de Teatro Corsario regresan con el inminente estreno de una tercera propuesta de títeres de terror para adultos, digna heredera de aquéllas como su propio título promete: Aullidos.
Utilizando los mismos aderezos que en las anteriores –títeres de gran tamaño y realismo, fantasía, humor negro y erotismo– Jesús Peña ha vuelto a retomar el antiguo espíritu de la narración de los cuentos de hadas, que tenían lugar al amor de la lumbre y sin demasiada censura, antes de ser orientados casi de forma exclusiva hacia el público infantil, y se ha inspirado en los cuentos tradicionales, porque a su entender es notable la persistencia de determinados argumentos a lo largo del tiempo y muy estrecha su relación con los antiguos mitos y religiones. “Los hermanos Grimm, que recopilaron historias tradicionales en los comienzos del siglo XIX, tienen en su haber cuentos ‘para niños’ que aún hoy estremecen y que suelen concluir en un acto de poética justicia. Los cuentos se disfrutan más cuanto más asustan”, señala.
Ogros, lobos y fantasmas
Así, ha elaborado una propuesta muy visual, que recurre poco a las palabras y mucho al lenguaje de las imágenes y la música creada por Juan Carlos Martín, y que nos retrotrae a varios siglos atrás para contar las aventuras de Talía, una joven adolescente que pierde a su madre en manos de la inquisición y se mete de sirvienta de una duquesa. Pero al descubrir un terrible secreto, se ve obligada a huir al bosque, donde se encontrará con increíbles personajes: ogros gigantes, lobos enamorados, reyes enfebrecidos y el fantasma de su madre que quiere hacer de ella una bella durmiente.
A lo largo de esta historia aparecen más de veinte muñecos casi tan grandes como personas que manipulan los tres intérpretes -Teresa Lázaro, Olga Mansilla, Sergio Reques- con técnica de bunraku desde la oscuridad, ya que a fin de lograr una atmósfera más recogida, los focos recortan la luz sobre el escenario y sólo puede verse aquello que la luz separa. Todos ellos, junto a los elementos escenográficos, han sido construidos por los miembros de Teatro Corsario en un trabajo extraordinariamente minucioso para alcanzar un gran nivel de detalle.
