Teatro: La puerta del Doble
A la hora del regreso a clases, conviene que hablemos de una medida que puede transformar los años escolares de miles de alumnos. El presidente francés, Emmanuel Macron, opinó hace algunos meses que sería muy bueno que en Francia se dieran clases de teatro desde el ciclo secundario, tal como ocurre con la música o con las artes plásticas.
Van mis argumentos a favor de esta medida.
Las cosas buenas de la vida hay que iniciarlas a hora temprana, por ejemplo el aprendizaje del teatro. ¿Por qué el teatro en la escuela? ¿Se trata de que todo estudiante sea actriz, actor o teatrero? Para nada, cada cosa en su lugar, aquellos que estudian biología no serán biólogos, saber matemáticas en la secundaria no te convertirá en matemático, etc. En general la escuela es apenas un muestrario de posibilidades, mismas que debemos probar y aprobar para despertarnos a nuestro futuro. Despertar, el teatro para despertar las sensaciones, adentrarnos desde la adolescencia en los misterios del ser, concebir al cuerpo como instrumento de expresión, preguntarse, ¿qué somos? y descubrir que somos más que una persona. El teatro como centro de expresión primitiva para probar nuestro ser en la vida y tal vez descubrir al “doble”.
En la adolescencia es importante encontrar un lugar en la sociedad. Es la tarea más difícil, que dura hasta el último día de nuestra vida, pero que es bueno empezar por el teatro y saber que en el fondo hay foros por cada aspecto de la sociedad. Tal vez el teatro sea un buen método para relativizar las situaciones de la vida; vencer la timidez, saber exponerse a la mirada pública, vivir en plenitud, trabajar en equipo, expresarse…
No puedo pasar por alto lo más importante del teatro en la escuela: la oralidad. Saber leer en voz alta, expresarse para que todos entiendan, descifrar textos modernos o clásicos, decirlos, aprenderlos de memoria, encontrar el placer de trabajar en equipo, saber reírse de las equivocaciones, tener nervios y vencerlos. Teatro para aprender a hablar y por qué no, a vivir.
Y aprovechando el impulso, escribir escenas de su vida para ser representadas, ¡Qué inmenso placer, descubrir la fuerza y el gozo del diálogo! Crear sus propias escenas para vencer los incipientes demonios.
Como decía al principio, en Francia, por fin quieren incluir el teatro en la escuela desde los estudios del segundo ciclo. Ya aparecen las Artes Plásticas, la Música y ahora estaría el teatro. Porque hasta ahora el teatro ha sido practicado en los liceos como algo excepcional y por el amor que algunos maestros tienen por el arte dramático. Pero van a contracorriente, roban horas a su tiempo libre, no están reconocidos, y ahora que los foros son digitales, tienen menos seguidores.
Pero por lo pronto no encontramos ningún signo de que esta medida haya sido aplicada. Los tiempos escolares están saturados, no hay presupuesto para eventuales maestros de teatro, el frágil equilibrio que se vive en las escuelas puede romperse por irrupción de reconocimiento de los cuerpos… En fin, nada indica que el teatro sea una prioridad escolar, pero los que nos hemos dedicado al teatro lo sabemos: es una puerta para el conocimiento de uno mismo, sin rollos ni doctrinas, hacia otras realidades, el doble.
París, septiembre de 2024