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Teatro para hendir el cuadrado. Ciclo Novas Bacantes de João Garcia Miguel

Con motivo de los Festivais Gil Vicente 2016 de Teatro Contemporáneo de Guimarães, tuve la oportunidad de asistir al último trabajo de la Compañía JOÃO GARCIA MIGUEL, titulado CICLO NOVAS BACANTES.

Una propuesta que nos ofrece cuatro visiones escénicas de LAS BACANTES de Eurípides. Como los cuatro lados de un cuadrado, que representa el pensamiento racional herido por el rayo de luz del texto clásico y sus resonancias mistéricas y mágicas. Cuatro visiones de las cuales, en esta ocasión, pudimos ver un tríptico.

En la conversación posterior al espectáculo, moderada por Francesca Rayner, João Garcia Miguel corroboraba aquello que palpita en todas las obras suyas a las que he podido asistir: una búsqueda, muy física y plástica, del misterio que anida en lo humano y en todo aquello que nos rodea.

Desde esta perspectiva de exploración teatral, João Garcia Miguel, subrayaba el carácter oracular del texto de Eurípides.

En el programa de mano señala: «Utilizar un texto clásico es como ser empujados a mirar con atención nuestra alma cuando ella adormece. Usar un texto clásico es un ejercicio de misterio y búsqueda sobre lo que nos escapa y arrebata. Es una práctica de superación y de transformación sobre lo que desconocemos.»

En Las Bacantes, Garcia Miguel ve el presagio de un mundo que se ha desequilibrado. La orden y la razón han acabado por dejar de lado lo inexplicable, reduciéndonos al empobrecimiento de las reglamentaciones. El exceso de sentido nos ha hecho perder el sentido de la vida, de lo sencillo, eso que está en el vino.

Tres visiones de LAS BACANTES que dan tres realizaciones escénicas en las que la performance desafía, con su ímpetu kinestésico y vocal, la racionalidad de los tres cuadrados geométricos encima de los que transcurre.

En una de las salas de exposiciones de la PAC (Plataforma das Artes e da Criatividade) presenciamos PÉS DESCALÇOS de Rita Barbita. Una especie de instalación con actriz y escultura fragmentada, que se desarrolla en un ángulo formado por tres paneles cuadrangulares (suelo y dos paredes) y que se amplía en la medida que la actriz comienza a salir de esa esquina.

Fuera del cubículo abierto, en diagonal, está la parte inferior de un cuerpo invertida (cadera y piernas) y, un poco más adelante, un torso decapitado.

La actriz comienza su ritual de conjuro de miedos y límites con la cabeza monstruosa y fantástica que pertenece a ese cuerpo segmentado.

Rita pone música en su teléfono móvil, canta y baila, estableciendo una conexión muy personal, que nos lleva hacia el territorio de la intimidad.

LAS BACANTES conecta lo íntimo, donde quizás yace lo más oculto de la persona, con la violencia dionisíaca del descuartizamiento. La ruptura enfurecida de las estructuras, con lubricidad y desafuero.

Esa escultura fantástica descuartizada en tres partes: cabeza, torso y piernas, igual que ese cubículo de tres paneles, sobre los que Rita danza e impacta, cae y se levanta, sobre los que pinta con un rotulador rojo, aprovechando los impulsos de todo el cuerpo, forman un espacio, tipo purgatorio o limbo, entre el ritual del conjuro de los miedos y el espectáculo teatral, que se abre al diálogo con una recepción expectante.

La joven Rita acabará vistiendo o introduciéndose en esa carcasa, en ese traje-escultura, como quien habita la fantasía, como quien ocupa los miedos para desalojarlos, como quien posee al cazador.

Conducidos por esa escultura fantástica, salida de la imaginación, nos dirigimos a la Black Box. Ocupamos nuestras butacas mientras un cuadrúpedo resuella sobre un cuadrado azul. Es el actor Frederico Barata, en cuyo cuerpo parecen despertarse reflejos bestiales.

Este segundo cuadro, titulado BICHOS, se sirve de tres cuentos de Miguel Torga: «Bambo», el sapo; «Cegarrega», la cigarra; y «Miúra», el toro.

Frederico Barata, bajo la luz cenital, sobre ese cuadrado azul, nos recuerda la figura de un cautivo.

El actor recompone otros descuartizamientos sobre su fisonomía para que surjan los animales que llevamos dentro. Los animales que, como arcanos, nos revelan sin concesiones a lo obvio.

El relato vocal se combina con una corporeidad consecuente y complementaria, siguiendo un ciclo de mutaciones, tal cual una larva, una crisálida.

«La materia necesita del calor de un vientre», le escuchamos decir. «Los aplausos festejan solamente los dramas escenificados». «Cantar era celebrar la vida y vencer a la muerte», en referencia a esa cigarra que canta aunque vaya a morir cuando se acabe el verano.

BICHOS despliega una mayor espectacularidad que el cuadro precedente, PÉS DESCALÇOS, al incluir la simultaneidad de una acción lumínica y sonora que, contribuyen a intensificar rítmicamente los juegos de mutaciones y sus clímax.

Y el tercer cuadro aún experimentará mayor fuerza espectacular, al hibridar efectos lumínicos y sonoros de alta rentabilidad plástica, en simultaneidad con la actuación portentosa de Sara Ribeiro, que danza y se transforma en lo más inédito e inaudito que podamos ser capaces de imaginar.

Sara Ribeiro es una actriz hechicera, con una musicalidad en todos sus movimientos físicos, vocales y emocionales. Una actriz con una versatilidad ilimitada que nos lleva, casi sin que nos demos cuenta, por parajes diversos de irresistible magnetismo.

Este cuadro se titula LEÕES (Leones). Para él, João Garcia Miguel escribió el diario de un león que muere y resucita en varias ocasiones y de varias maneras. Un león invencible, símbolo de la fuerza salvaje que siempre renace.

Sara Ribeiro aparece en escena con un vestido de bailarina de ballet clásico, con su tutú y su mallot luminiscentes. Un vestido que irradia venas de luz fosforescente y que le da un aspecto de hada, pero también de ameba o medusa deslumbrantes.

En un estado próximo a lo que podríamos denominar catarsis, la actriz crea un espacio sonoro, utilizando teclados electrónicos y su voz amplificada, que es relato y, a la vez, atmósfera envolvente.

En sus palabras se relata la odisea del león, tejida con imágenes alucinantes que provienen de Las Bacantes.

Se nos habla de comer y beber: «El vino, que viene del supermercado. Cuando fuimos a pagar, en la caja, nos encontramos con un monstruo.»

Sara actúa sobre un cuadrado rosa que desborda con su movimiento.

En muchos momentos lleva un radiocasete con una antena, en el que suena un ruido fuera de sintonización. «Hoy escuché las noticias en la radio y está todo igual.» «La tierra está siempre igual.»

La percusión de ametralladoras, explosiones y gritos, con Sara danzando en convulsiones, desde el foro hasta el proscenio, sobre una línea blanca, es una de las secuencias más impresionantes, que acaba con un «I love Syria».

Los paralelismos entre la barbarie que estalla en Las Bacantes y la que seguimos a presenciar hoy en día, se hacen ostensibles, de manera directa a través de la referencia a Syria, pero también a través de otras acciones teatrales metafóricas.

Cinco focos de luz roja disparan ráfagas alternas: 1, 2, 3, 4, 5, 1, 2, 3, 4, 5, 1, 2, 3, 4, 5… sobre Sara Ribeiro que canta, desde los graves más guturales hasta los agudos más líricos o crispados.

Aparecen las referencias verbales a Ágave y a su hijo, trasfigurado en león.

«El cuerpo muere porque dejamos de transformarnos, porque olvidamos el delirio.» dice la actriz, y remata: «No voy a creer lo que me dicen las revistas, los periódicos y las radios. En busca de otro lugar, un lugar bonito.»

Cantamos con la actriz, igual que habíamos gritado con Frederico Barata en el cuadro anterior.

Hay una cierta corriente popular, de conexión directa con el público y con su participación factible, sencilla, que solo es una emanación directa y puntual de esa otra participación cognitivoemocional constante.

Este CICLO NOVAS BACANTES nos presenta la cuadratura intelectual hendida por el misterio que hierve en LAS BACANTES de Eurípides, a través de la animalización, la simbología críptica y sugerente de los animales: el águila, que vuela alto, y conoce los secretos que solo los dioses saben; el sapo demoníaco; la fuerza del león; la cigarra, que necesita cantar aunque vaya a morir…

La cuadratura racional hendida por el misterio que viene de LAS BACANTES, pero que tiene raíces en la vida. El misterio que el arte del teatro convierte en revelación efervescente.

Afonso Becerra de Becerreá.


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