Temporada Alta presenta ‘El Régimen del Pienso’, la última creación de La Zaranda
La Zaranda-Teatro Inestable de Andalucía la Baja estrena el próximo 3 de noviembre (21.00) en el Festival Temporada Alta de Girona su último espectáculo ‘El Régimen del Pienso’, una historia en la que se cruzan las vidas del cerdo y el hombre y que se define como la necropsia de una sociedad.
El Régimen del Pienso es una pieza de Eusebio Calonge que protagonizan Gaspar Campuzano, Francisco Sánchez, Luis Enrique Bustos y Javier Semprún y que dirige Paco de La Zaranda. Con esta pieza que se estrena en el Teatre de Salt dentro del Festival Temporada Alta de Girona, la compañía plantea una reflexión sobre el mundo como si se tratase de un simulacro para realizar una necropsia de una sociedad para preguntarse finalmente ¿cuál es el sentido del arte? y si es llegaremos a degradarnos para cumplir una mera función en esta maquinaria.
Desde el mismo título de la pieza deja constancia de las múltiples resonancias que incorpora. Sin dejar de lado los elementos tragicómicos que caracterizan a la compañía, éste es un trabajo duro, negro y descarnado que aborda sin concesiones la visión del mundo como simulacro. Una obra dramatúrgicamente compleja que representa un gran paso adelante en la trayectoria poética y conceptual de la Zaranda.
La idea de que el exceso de pienso ha desencadenado una epidemia en las pocilgas y los cerdos se devoran unos a otros es el punto de partida de esta creación. Con la bajada de ventas de la empresa, comienzan los despidos de personal y crecen la desesperación y la desconfianza entre los empleados. La lucha por el puesto, con el único horizonte de un horario rutinario y vacío, sin otra esperanza que una muerte indolora, hace que las vidas del cerdo y el hombre se crucen, se confundan.
El Régimen del Pienso presenta al hombre como mero mecanismo en la producción, ajustándose a los principios de una sana economía y cuando el rendimiento cae por debajo de los gastos de mantenimiento se comienza a ser una carga inasumible en la que ya no vale la pena la ‘reparación’ y es estrictamente lógico suprimirlo. En ese contexto pasa de la servidumbre al envilecimiento, por los mecanismos que aseguran un sostén material apenas tolerable, fuera de la cual son incapaces de concebir la vida, y la propia muerte sustraída de su misterio se convierte en mera defunción estadística.
Con 34 años de trayectoria, La Zaranda conserva intacto su compromiso con el teatro y sigue desarrollando una intensa labor creativa que le ha merecido un gran prestigio internacional. Con el uso simbólico de los objetos, una plástica tan sencilla como poética, textos depurados y efectivos, y un humor demoledor, crea un lenguaje contemporáneo extremadamente vivo.