Tengamos el sexo en paz / Entrecajas
Autores: Dario Fo, Franca Rame, Jacopo Fo.
Traducción y adaptación: Carla Matteini.
Dirección: José Carlos Plaza.
Interpretación: Charo López.
Barakaldo Antzokia; 29-04-2007.
Si bien toda puesta en marcha de cualquier obra de teatro ha de ser como un valle de lágrimas, la de un monólogo ha de serlo más, y es que toda la responsabilidad final recae sobre los hombros de quien da la cara: el intérprete. O está muy desesperado y se tira a la piscina, o tiene más conchas que un galápago. Afortunadamente en esta ocasión se da más lo segundo que lo primero. Charo López se atreve otra vez con un texto que ya fue osado hace más de diez años, pero ahora refundido, actualizado y contemporaneizado. Amén de una interpretación soberbia, López nos da toda una lección de metalenguaje teatral actuando sobre su actuación, entrando y saliendo del papel a la persona, de la persona a la actriz, y de nuevo de la actriz al papel. Y todo sin despeinarse, casi en bata de estar en casa.
Afronta un papel al que no nos tiene demasiado acostumbrados, el cómico, pero hasta los extremos mímicos del más curtido de los clown: sin miedo al ridículo. El texto no se limita a una consecución de chistes y gags más o menos hilados, sino que tiene cuerpo y argumento; es en definitiva un texto interpretativo redondo con buenos espacios para la improvisación que López hace suyos desde el comienzo a base de pulso y muchas tablas. Resuelta, segura y dueña de su espacio escénico, López hace dudar al espectador de si está en el teatro o tomándose unas cervezas con una vieja amiga, y es que su naturalidad pone en entredicho si improvisa, se equivoca o interpreta: salta, corre, gime, gesticula, se burla hasta de su sombra, llora, se desgarra, riñe a la inoportuna espectadora a la que le suena el móvil, y se atreve a sacar al escenario a otro espectador que habló fuera de tiempo para piropearlo con el más descarado desparpajo. Todo desde la elegancia de una dama de la interpretación, que ya arrancó el aplauso del público solo con salir a escena y sin todavía abrir la boca. Me cae bien Charo López. Me gusta Charo López. ¿Se nota? Pero es que además lo hace bien, muy bien, la puñetera. Me gusta Charo López.