La bailarina y coreógrafa Teresa Nieto aseguró en Santander –donde participaba en el programa de la UIMP– que la crisis económica ha dejado un “panorama desolador” para la danza contemporánea, de la que afirmó, es la “gran desconocida” de las artes escénicas. En este sentido, la artista, galardonada con el Premio Nacional de Danza en el año 2004, explicó que “no existe contratación”, debido a que los ayuntamientos y las comunidades autónomas “están en bancarrota”. Además, desde las instituciones se utiliza “la crisis como excusa” para “cerrar las puertas” a las compañías de danza.
“En veinte años jamás he conocido un panorama como este”, reconoció en una rueda de prensa en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), donde dirige el Taller de danza, ‘Coreografía’, destinado a bailarines profesionales y estudiantes.
La artista pronosticó que “este año va a ser decisivo y probablemente mucha gente se va a quedar por el camino”. “Solo vamos a subsistir los que tengamos un colchón económico y los más cabezotas”, lamentó.
“La danza clásica prácticamente no existe”, expuso, y el flamenco y la danza española están “en auge” aunque también “notan la crisis de alguna manera”. Sobre la variante contemporánea, disciplina a la que siempre se ha dedicado, afirmó que es “la hermana rara” y que la mayoría del público se limita a “darle la espalda” en lugar de preocuparse por conocerla. Es un arte que se hace “a base de riñones, de talento y de empeño”, pero que cuenta “con muy pocos medios”. “No tenemos infraestructura ni base empresarial porque no nos lo podemos permitir porque no hay volumen de trabajo” para ello, aseguró.
Sobre el proceso creativo que la mueve como artista, explicó que parte de “distintos puntos”, que pueden ser “una música, un relato, un concepto o un lugar”, pero siempre, dijo, “para hablar de mí, para intentar solucionar estados míos personales”. En este sentido, señaló que en su arte existen una serie de “temas recurrentes”, entre los que destacó “las relaciones, las cosas que nos separan y que nos unen, el pasado, la memoria y, cada vez más, el paso del tiempo”.
Acerca de sus proyectos de futuro confesó que su deseo sería “hacer un espectáculo de piezas cortas, basado en la investigación coreográfica” y expuso que en ese sentido su objetivo es volver a trabajar con los “planteamientos” que tenía al comienzo de su carrera. Explicó que busca llevar a cabo un proyecto sencillo “sin escenografía, sin diseñador de vestuario, basado en la luz y la música, algo pequeño que se pueda llevar a sitios pequeños” para poder ajustar sus ideas “a la situación que tenemos en estos momentos”. Aunque baraja varios títulos, deslizó que, probablemente, el nuevo espectáculo “se llamará ‘Petit Comité’.
Sobre su papel como bailarina explicó que “hay que tener cabeza” para saber “afrontar el paso del tiempo”, algo que le obliga a “explorar nuevos caminos”. Se trata de “estar presente en el escenario de otra manera”, razonó, de “bailar desde otro sitio” y de participar en el espectáculo buscando “otros puntos de vista”. A pesar de las dificultades económicas y los problemas que plantea el mundo de la danza, la bailarina se mostró “dispuesta a luchar” y dijo que no era partidaria de las quejas. “Sigo defendiendo esto y quiero seguir adelante”, recalcó.
