El XXII Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia, Titirimundi 2008, que se celebra del 8 al 15 de mayo, prevé reunir a más de 100.000 personas que podrán disfrutar de las 502 funciones programadas, de las que 354 se llevarán a cabo en diferentes plazas, calles, patios históricos, iglesias y teatros de la ciudad, 84 en las localidades de Aranda del Duero, Ávila, Burgos, León, Miranda de Ebro, Palencia, Salamanca, Soria y Valladolid, además de Medina del Campo y Toro que se incorporan por primera vez a este programa que cuenta con la colaboración de la Red de Teatros de Castilla y León, y de Zamora, donde se celebra un festival propio en el que colabora Titirimundi. Las 64 funciones restantes se exhibirán en Madrid y su Comunidad Autónoma. Esta cita que reúne a 46 compañías de la República Checa, India, Mali, Hungría, Francia, Portugal, Bélgica, Italia, Reino Unido, Países Bajos, Dinamarca, Finlandia, Turquía, Estados Unidos, Rusia y España y que pretende “que los visitantes descubran Segovia a partir del teatro de títeres”, según señala el director del evento Julio Michel, volverá a contar con varios grupos clásicos que cada año acuden a Titirimundi “como es el caso de Rod Burnett y Salvatore Gatto que nos acercan a las raíces del teatro de títeres” porque han sabido mantener una especialidad que “en España, desgraciadamente, estuvo a punto de desaparecer” y con su presencia se pretende, por ejemplo, “recuperar el conocimiento del ‘Pulcinella’, que es como el padre de todos los títeres de cachiporra de Occidente”. El británico Rod Burnett, el más genuino representante del teatro tradicional de títeres de guante de su país, presenta Punch & Judy un espectáculo anárquico, entrañable y, sobre todo, muy divertido, lleno de cómica crueldad y sarcasmo que realiza una parodia de las contradicciones y flaquezas humanas que arranca una sonrisa de lo más hondo de nuestro ser. Salvatore Gatto, por su parte, lleva años representado Pulcinella por todo el mundo, el espectáculo de teatro de títeres de guante de tradición napolitana, “le guaratelle”, y contribuyendo a preservar una tradición cuyo origen se remonta al siglo XV.
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