Tragasueños / Tdj Producciones
Recuperar los sueños
TRAGASUEÑOS Autor: Michael Ende. Versión teatral: Vicent Vila. Compañía: Tdj Producciones. Intérpretes: Jessica Belda y Alber García. Iluminación: Luis Muñoz. Escenografía: Gianni Franceschini y Gianni Volpe. Vestuario: Patricia Rubio. Muñecos: Marisa Dolci. Dirección: Gianni Franceschini. Teatro Arbolé (Zaragoza) 13 de febrero de 2010.
La compañía valenciana TdJ Producciones presentó el pasado sábado en el Teatro Arbolé, «Tragasueños», un espectáculo para niños a partir de 2 años basado en el cuento homónimo de Michael Ende, en versión de Vicent Vila. Un bullicioso público llenó casi por completo la sala y respondió con calurosos aplausos al finalizar la función.
En el país de Dormilandia el don más preciado es dormir bien. Tanto, que allí nombran rey a quien consiga dormir más profundamente. Pero no para todo el mundo la vida es de ensueño. La princesita Dormilina nunca se quería ir a dormir porque tenía pesadillas que la provocaban terror. El rey consultó a los sabios de su reino, pero como ninguno pudo ayudar a la princesa, decidió iniciar un largo viaje en busca de una solución. Después de atravesar la selva y la gran ciudad, llegó a la lejana China, donde encontró a Tragasueños, un extraño hombrecito que aseguraba poder sanar a la princesa.
La puesta en escena maneja bien el ritmo e integra con coherencia las diferentes técnicas que utiliza (actores, títeres de mesa, siluetas planas) para traducir al lenguaje teatral un relato que ha sido sintetizado en una sencilla estructura narrativa, relato que se inicia envuelto en un ambiente onírico, merced a la luz azul que inunda el patio de butacas. Del azul que ilumina la sala surgirá un personaje, portador de una singular caja luminosa que contiene algunas de las claves de la historia, y que nos conducirá hasta las puertas del reino de Dormilandia. Después ese ambiente de ensoñación se abandona y el discurso escénico toma un tono más cómico, con un calculado histrionismo que convierte a los protagonistas en personajes de historieta que conectan de inmediato con el público más menudo.
Hay un buen trabajo actoral y una acertada iluminación (creando ambientes y como elemento que ayuda a la progresión del relato) que juega un papel destacado junto a una escenografía sencilla (un gran cubo que va girando sobre sí mismo para mostrar los diferentes escenarios en cada una de sus caras) pero muy eficaz, en una propuesta que tiene un gran atractivo visual. “Tragasueños” mantiene en todo momento una línea de complicidad con el público, aunque el encanto y el hechizo sólo aparezcan por momentos.
Joaquín Melguizo
Publicado en Heraldo de Aragón, Lunes 15 de febrero de 2010