Traspasos K estrena ‘Nada tras la puerta’ una obra sobre los Derechos Humanos y el debate Norte-Sur
Cinco textos escritos por Juan Cavestany, Borja Ortiz de Gondra, Laila Ripoll, Yolanda Pallín y José Manuel Mora que se han ido reescribiendo a lo largo del último año en el que se ha estado preparando la obra ‘Nada tras la puerta’, son la base de la nueva producción que estrenará la compañía Traspasos K en coproducción con el Centro Dramático Nacional el 20 de septiembre en el Teatro Valle-Inclán de Madrid. La obra estará en cartel hasta el próximo 20 de octubre.
En ‘Nada tras la puerta’ el concepto Norte-Sur y la inexistencia de los Derechos Humanos se convierten en los ejes de la puesta en escena. Para Mikel Gómez de Segura, el director de este espectáculo, se trata, sobre todo de «mostrar que el Norte y el Sur conviven contínuamente, aunque lo que pretendo reflejar sobre el escenario es que la emoción resulta más importante que el personaje; es decir, que cada personaje queda sujeto por estelas emocionales».
A partir de una minuciosa documentación de artículos periodísticos y documentales del reportero de guerra Hernán Zin, el director pidió a los cinco autores que destilasen toda la información aportada para extraer la esencia y la emoción de cada una de ellas. El resultado son cinco piezas inconexas e independientes ya que Cavestany habla en su texto de una Europa con gran pasado en la Historia pero con un futuro incierto, mientras que los otros cuatro autores abordan cuestiones referentes al Sur tales como los ciclos del odio, el racismo, la compra de niños, la prostitución y la violencia sexual, tomando en todo momento como eje central de los escritos «el cuerpo de la mujer como campo de batalla y la violación como arma de guerra».
Tras señalar que solicitó a los autores «que evitasen el victimismo y el buenismo que habitualmente aparecen cuando se abordan este tipo de cuestiones», el director apunta que «ninguno de ellos conocía los textos de los demás, con lo que no existe ninguna relación entre los escritos. La relación para su puesta en escena la he construido yo desde dentro».
Norte y Sur son dos conceptos omnipresentes en el que el primero se presenta como un modelo caduco frente al segundo que no para de crecer y las historias que han inspirado la pieza tienen ubicaciones muy concretas, Gómez de Segura ha optado por la deslocalización geográfica al subrayar que «da igual el país o territorio del que se hable, porque de lo que se trata es de contar una emoción». Incluso ha optado por prescindir de los rasgos étnicos de los protagonistas.
La única diferencia que percibirá el espectador se producirá cuando la acción tenga lugar en el Norte o en el Sur «donde se podrá percibir un cambio visual total». Para ello cuentan con una escenografía diseñada por Elisa Sanz que muestra desde un nido evocador la parte más maternal y acogedora hasta una alambrada de espino, que a pesar de ser de una gran sencillez visual resulta técnicamente complicada, mientras que la iluminación ideada por Oier Ituarte tiene como reto principal mantener las emociones que transmiten los personajes.
Además de los siete actores que se encargan de llevar al escenario los diferentes textos, el elenco se completa con la presencia del músico Mikhail Studyonov que interpretará en directo algunos de los temas que él mismo ha compuesto y que se ha encargado también de la ambientación sonora de la obra.
Frente al tópico de que ‘la vida es puro teatro’, Gómez de Segura se decanta en este espectáculo por conseguir «que el teatro sea pura vida» y para ello toma como elemento referencial tanto el hecho de que todos los grandes textos teatrales están basados en hechos que sucedían en las época en las que vivieron, como en «las tres aes que corresponden a autoría, actuación y el aquí y ahora». Con esos elementos Nada tras la puerta se define como un drama por las cuestiones que aborda aunque será, sobre todo, «un canto a la vida y a la lucha por sobrevivir y al hecho de que la vida depende de cada uno de nosotros», subraya Gómez de Segura.