Críticas de espectáculos

Tres hombres y un destino

Nos dejaron demasiado
Obra: Tres hombres y un destino
Autores: Luis Lorente, Eduardo Galán y Carlos Asorey
Intérpretes: José Luis López Vázquez, Agustín González, Manuel Alexandre y Eduardo Antuña
Director: Esteve Ferrer
Teatro Reina Victoria
El reconocimiento al valor, a la profesionalidad y la maestría es el suave aroma que rezuma el montaje que, actualmente, podemos ver en el Teatro Reina Victoria. Tres actores olvidados reivindican la memoria, el nombre y el respeto por una profesión, a veces, ingrata y desagradecida. No hay más pretensión que el reconocimiento, que el gozo de recuperar para la escena a tres de los grandes nombres de la interpretación; a tres de los indispensables pilares del cine y el teatro; a tres de los magos que nos han hecho sonreír, llorar, ser ellos y con ellos, a través de la gran, pequeña pantalla o derribando una cuarta e incómoda pared.
José Luis López Vázquez, Manuel Alexandre y Agustín González se mueven como pez en el agua en un hipotético secuestro. Impidiendo la función de “Don Gil de las Calzas Verdes”, intentan hacer razonar a un empresario “víctima” del materialismo más implacable, Eduardo Antuña. Con la ayuda y la solidaridad de los compañeros e, incluso, de un más que familiar, comisario, lograrán el difícil empeño: Montar un espectacular Western. Ver de nuevo sus nombres iluminados sobre una marquesina; volver a sentir el calor de un público que les impida marchar, que les impida morir. Un público capaz de recordar y reconocer un trabajo bien hecho, la sabiduría amasada con los años, con el trabajo, con el día a día. Un actor no se hace de la noche a la mañana. Un actor no “ES” por ser hijo o hija de actor. El actor se forma, madura, aprende con la vida; con las risas, con las lágrimas, con el éxito y sobre todo, con el fracaso.
“Tres hombres y un destino” posee el valor de la memoria, en un país olvidadizo y desagradecido; en una época en la que las estrellas son meros reflejos fugaces de “frikies” oportunistas y personajillos advenedizos.
“Tres hombres y un destino” tiene en sí el valor del teatro. El saber estar de tres magos que caminan sobre las tablas de un modo natural y espontáneo; que aprenden su texto y lo regalan tan fácilmente que, da la sensación de estar ante una conversación habitual de tres amigos y un cuarto en discordia.
“Tres hombres y un destino” es un montaje, tremendamente, original. Tanto en su comienzo (sorprendiendo a más de uno, que llega a increpar a ese “empresario” que no suelta su teléfono móvil) como en su planteamiento; tanto en su origen, como en la valentía que ello ha supuesto. Tal vez por estas razones, “esta aventura delictiva” ha contado con el apoyo unánime de una profesión y de un público agradecido y, a pesar de todo, generoso.
Estos tres hombres, sólo pueden tener un destino… Y éste, ha de hallarse en los bolsillos sin fin de una memoria en la que descansan los más grandes. Esos que continúan regalándonos lo mejor de nuestras vidas.


Mostrar más

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba