Críticas de espectáculos

Triunfadores/Artur Alf

TRIUNFADORES.

Teatro Muñoz Seca.
Autor: Artur Alf
Director y escenógrafo: Carlos Fernández Primitivo
Intérpretes: Joan Llaneras, Paco Hernández, Vicente Gisbert, Paco Morales, Carlos Marcel y Emilia Alcalá

LA MUERTE DE LA VERDAD.

Los comienzos casi siempre son difíciles, arriesgados y lamentablemente escasos. El comienzo y la apuesta de “Entre Bambalinas y oropeles producciones S.L.” ha sido la maravillosa excepción que confirma, una vez más, la regla… Ojalá haya muchas excepciones como ésta.
En un espacio escénico enormemente gráfico, una moderna sala de exposiciones, irán apareciendo los cinco pilares sobre los que, en la actualidad, se sustenta nuestro sistema.
La iglesia, la ciencia, el arte, los medios de comunicación y la mafia, la falsedad, el rostro que, todos y cada uno de nosotros, maquillamos con ansiedad… Queriendo aparentar ser los más bellos, lo más humanos, los más solidarios… Los más hipócritas. Quienes no somos, en definitiva.
Ellos son los Triunfadores; los que observan su obra desde una altura cegadora; los que han escalado sin ver que se pisaban a sí mismos; los que han arañado su ser, su alma de tal manera que han conseguido destrozar aquellos sueños que acunó la inocencia, el idealismo iluso de quien tiene en su persona el máximo tesoro.
Ellos son los Triunfadores; ellos son los que han de esconder sus manchas negras, sus pasos en falso, sus mentiras y traiciones. Ellos son los que matarían la verdad, antes de ceder su puesto, antes de perder una partida invalidada de antemano. Ellos son quienes matan al quinto pilar; aquel que camina por la vida contemplando su obra, cimentada en la corrupción… Pero sin doble cara; cimentada en el delito, pero sin eufemismos; cimentada en el chantaje… Sin más.
“Triunfadores” es teatro de texto. Teatro del que hace reflexionar, del que deja buen sabor de boca… Y del que tan poco abunda.
El texto está concebido de forma discursiva. Cinco exposiciones, cinco reflexiones, separadas entre sí por la sinuosa aparición de Emilia Alcalá. En un claroscuro silencioso; en una pausa más que valorativa y muy teatral.
Juan Llaneras es el representante de la iglesia. Paco Hernández es el anfitrión. El escultor que expone una obra de poco valor artístico… Gracias al poder económico conyugal; Paco Morales es el científico, cuyos enormes errores o experimentos fallidos están en poder de la prensa… Dolosamente silenciada; prensa que representa Vicente Gisbert. Mientras que el sector, en apariencia más sucio pero más sincero, llega al espectador de la mano de Carlos Marcet.
En esa reunión todo repasarán su vida. Justificarán sus caídas; quitarán importancia a sus pecados; harán oídos sordos a alguna confesión que el alcohol arrancará a la fuerza… Alguno de ellos querrá partir de cero; alguno de esos cinco amigos querrá quitarse el traje de triunfador y mostrar su verdadero rostro… Pero el Poder es una droga dura y cuando te posee… No te deja escapar… La verdad intentará atravesar esas cuatro artísticas paredes, querrá huir y abrir los brazos ante una sociedad víctima de sí misma… Pero su peso es enorme y no sobrevivirá.
“Triunfadores” debiera haber permanecido más tiempo en cartel. Pero hay ocasiones en las que la verdad ni tan siquiera llega exhalar su primer aliento de vida. Ha merecido la pena el esfuerzo económico y humano; desde luego. Estamos ante un texto extraordinario y ante un quinteto actoral soberbio. Personalmente, estimo que el pilar más débil se halla en Paco Morales; pero es plenamente respaldado por cuatro actores enormes.


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