El profesor, guitarrista y experto en flamenco de origen francés aunque residente en Almería Norberto Torres, desechó la terminología de ‘ortodoxia y heterodoxia’ en el ámbito del flamenco «al ser unos términos sagrados y antropológicos, de los que este arte debe huir y acercarse más al aspecto artístico». Torres, que participó en el XXX Congreso Nacional de Arte Flamenco, que se celebra en Baeza (Jaén) del 9 al 14 de septiembre, y que debatió sobre evolución y tradición en el flamenco, abogó por el empleo de términos como tradición e innovación y clásico y contemporáneo, y por un equilibrio entre la innovación y el respeto a la tradición «recreando a partir de una base, y sabiendo de donde se parte, y eso lo están haciendo muchos jóvenes valores».
Este experto puso en cuestión la consideración por parte de muchos aficionados y artistas de que el flamenco pertenece a la esfera de lo sagrado, «cuando no lo es en absoluto, aunque exista bastante terminología sagrada en el vocabulario de los aficionados».
Apuntó que a finales de los años 50 hasta finales del siglo XX, en la época de revalorización de este arte «prevalecía más el acento sobre valores antropológicos que sobre los valores artísticos del flamenco, algo que puede ser peligroso para la evolución de este arte».
En ese sentido, mientras inicialmente el flamenco fue entendido como memoria de la minoría gitana de la Baja Andalucía, en los años 80, con el nacimiento de la autonomía andaluza, este arte evolucionó desde un valor gitano a marcador de las señas de identidad andaluza, incidiendo en el valor antropológico.
Lamentó que en la actualidad «siga prevaleciendo el valor antropológico y sociológico sobre el artístico, y es realmente perverso para la evolución del flamenco, pues con este aspecto se pretende buscar una especie de ser, pero realmente no se entiende el arte en su dimensión artística». Agregó que «darle un valor antropológico al flamenco es crear una comunidad imaginaria, con fuertes connotaciones de una memoria colectiva».
APORTACIONES DE LOS JOVENES
Reconoció que «siempre ha existido una dialéctica y una dicotomía entre defensores de la tradición y de la innovación, y parte de los aficionados que han destacado los valores tradicionales y otra parte otros han preferido el flamenco más artístico y valorado más la capacidad creativa individual».
En ese sentido, Torres, hizo una comparación con mundo del jazz «donde se plantearon debates similares», tras lo que apostó por desacralizar el flamenco e incidir en su valor artístico «y a partir de ahí calibrar la aportación creativa de los artistas jóvenes del flamenco», sobre los que destacó su capacidad para «incidir en el aspecto artístico sin cargar su arte en el valor antropológico, innovando pero teniendo una cultura de fondo y conocer el pasado y los valores antropológicos del flamenco».
