El Chivato

Un informe alerta de la precariedad, inestabilidad y autoexplotación de la danza en el Estado español

La Federación Estatal de Compañías y Empresas de Danza (FECED) alerta del aumento de la precariedad, la inestabilidad y la auto explotación que sufren las compañías independientes, según los resultados de 2017 del estudio que el Observatorio de Creación Independiente (OCI) realiza desde 2009 sobre la situación del sector y que permite evaluar el impacto de la crisis en este colectivo desde el inicio de la crisis.

 

La FECED ha presentado los resultados de la investigación en el marco de la feria nacional de las artes escénicas Mercartes 2018, que celebra su séptima edición en Valladolid. La directora del Observatorio, Fátima Anllo, ha sido la encargada de dar a conocer las conclusiones del estudio.

En el Estudio 2017 han participado 33 compañías pertenecientes a las asociaciones integradas en este momento en FECED: la Asociación de Compañías de Danza ‘Emprendo Danza’; la Asociación Andaluza de Profesionales de la Danza (PAD) y la Asociación de Artistas del Movimiento de Canarias ‘Pie de Base’.

El estudio se sustenta sobre un cuestionario cumplimentado por compañías en activo. En él se recoge información sistemática sobre formas jurídicas de constitución, infraestructuras, personal, producción y repertorio vivo, explotación nacional e internacional, ingresos y gastos y contrataciones.

La muestra está constituida tanto por compañías jóvenes de reciente creación, como otras con largas trayectorias e importantes reconocimientos, como Premios Nacionales de Danza y Premios Max. El estudio alcanza a varias compañías residentes y en él están representadas compañías de 11 comunidades autónomas, si bien, con un claro predominio de compañías de la Comunidad de Madrid.  

Diagnóstico de situación en 2017 y evolución en los 5 últimos años

El diagnóstico de situación de las compañías independientes de danza correspondiente a 2017, junto con la evaluación global de los últimos 5 años (2013-2017), realizados por el Observatorio de Creación Independiente (OCI) para la FECED, «evidencia el panorama desolador al que tiene que hacer frente este colectivo», asegura Fátima Anllo.

Destrucción estructural de las compañías de danza

Uno de los fenómenos más alarmantes surgido en los últimos años es la disolución de la constitución jurídica de las compañías en tanto que organizaciones formalmente registradas. Así, vemos como compañías con largas trayectorias y de reconocido prestigio que habían venido desarrollando su actividad como sociedades limitadas, cooperativas, u otras formas organizativas, pasan a funcionar sin forma jurídica propia. Ceden por lo tanto su gestión y operativa a empresas de distribución y/o producción de artes escénicas que a partir de dicho momento contratará al personal artístico y técnico de forma eventual los días en que haya función y se ocuparán de la tramitación de subvenciones y resto de procesos administrativos. 

Si en 2013 esta circunstancia alcanzaba al 33% de las compañías, en 2017 ya son el 35,5% las compañías sin configuración legal y cuyo funcionamiento está transferido a gestoras externas. 

Déficit de infraestructuras acondicionadas para la danza

La disponibilidad de instalaciones estables y acondicionadas con el equipamiento necesario, esenciales para la producción y el ensayo de espectáculos de danza de calidad empeora en 2017.  El 42% de las compañías no disponen de espacios estables de ensayo. Ello pone de manifiesto la presente dificultad de acceso a infraestructuras acondicionadas para la danza en el Estado español. 

Aumento de la precariedad e inestabilidad del empleo

El número total de trabajadores por compañías aumenta ligeramente con respecto a 2013 (de 9,6 a 10,3 trabajadores por compañía) pero este incremento se acompaña de una enorme fragmentación y precariedad de los trabajos realizados. Hay mayor número de trabajadores, pero estos trabajan menos días. Los días contratados por trabajador se han reducido de 92 en 2013 hasta los 60 en 2017, una caída del 35%. 

Simultáneamente, aumenta la inestabilidad de la contratación. Se reducen los contratos fijos (↓6,4%) y los eventuales (↓35,4%). Al mismo tiempo, se mantiene la proporción de contratación de autónomos y se registra hasta un 8% de colaboraciones sin retribución económica, mediante colaboración de voluntarios y becarios sin retribución. 

Estos datos vienen a confirmar la realidad en la que se han transformado las compañías de danza independiente en un gran número de casos: un coreógrafo/a que, con la ayuda de alguna persona dedicada a actividades de administración, distribución o actividades varias, contrata por días a bailarines, personal artístico y técnicos cuando existen «bolos». 

Difícilmente se puede aspirar a proyectos de calidad y excelencia si hasta los ensayos de la compañía han pasado a convertirse en un lujo, la mayor parte de las veces no están retribuidos y el único modo de llevarlos a cabo es fuera de las horas dedicadas a los otros trabajos con los que se sobrevive. 

Aumento del mercado estatal e internacional en los últimos 5 años

El mercado global creció un 20% en 2017 con respecto al 2016, pasando de 18,4 a 22,2 funciones/compañía, aunque ello se corresponde, al mismo tiempo, con un crecimiento del 41% de las funciones en el Estado español y un descenso del 19% de las funciones internacionales. 

Sin embargo, en la perspectiva de los últimos 5 años, se ha producido un crecimiento global del 23,1% de la actividad de las compañías de danza independiente que afecta en ambos mercados. Un aumento del 33% del mercado estatal y un 73,7% del internacional.   

Internacionalización global de las compañías de danza independiente

El 76,7% de la cuota de mercado de 2017 corresponde al mercado estatal y el 23,14 % al internacional. Si bien representa una caída con respecto a la distribución internacional en 2016, es manifiesta la internacionalización de la actividad de las compañías de danza independientes desde 2013, cuando la cuota de mercado el mercado internacional era tan solo del 16%.  

Además, la presencia de las compañías en el mercado internacional es ahora global. Si en 2013 el 54% de las funciones en el extranjero tenían lugar en Latinoamérica y el resto iban a parar a Europa (36%) y países asiáticos (10%), durante 2017 las compañías del Estado español han estado presentes en escenarios de todos los continentes. 

Aumento de recursos propios y disminución de los ingresos

En 2017, al contrario de lo que suele sostenerse sobre las fuentes de financiación de la danza independiente, a la que se acusa de subsistir prácticamente gracias a la percepción de ayudas y subvenciones, las compañías obtuvieron por sus propios medios el 82,1% de sus ingresos. El 80,4% gracias a la venta de sus productos y servicios y el 1,7% por patrocinios y aportaciones de terceros. Tan solo el 17,9% de sus ingresos proceden de subvenciones (el 8,7% proceden del Estado, el 7,3 % de las comunidades autónomas, el 0,8% de diputaciones y el 1,1% de ayuntamientos). 

Los ingresos anuales por compañía en 2017 (69.471 €/Cía.) confirman la falta de recuperación en un entorno dramático en el que desde 2009 las compañías han perdido el 81% de sus ingresos totales (en 2009 las compañías tenían unos ingresos medios de 364.663 €/Cía). 

Las ayudas y subvenciones, por el contrario, han decrecido de forma constante a lo largo de todo el periodo desde el comienzo de la crisis. La reducción global ha sido del 74,5% desde 2009 y del 47,5% desde 2013. Pero han sido las aportaciones de las comunidades autónomas las que se han visto afectadas en mayor medida, con una disminución del 81% desde 2009 y del 38% desde 2005. 

Desplome de cachés y salarios

Frente a este contexto desolador, la forma con la que las compañías han hecho frente a una contracción tan drástica de sus ingresos no ha sido disminuir su actividad, sino mantenerla. Si los ingresos se han reducido en un 80%, su actividad lo ha hecho tan solo un 3,7% desde 2009, llegando a aumentar un 4,2% en el último lustro. 

En 2009, cada compañía realizaba 25,8 funciones anuales de promedio; en 2013 se redujeron a 18 las funciones anuales y en 2017 volvieron a aumentar a 22,2 funciones por compañía y año. Así, las compañías han seguido poniendo a disposición del público la oferta de danza a pesar de la crisis. Pero hacerlo posible ha sido costa de una disminución drástica de sus cachés (↓ 80,8%) y salarios (↓ 73% desde 2011).

En 2017 el salario medio por día trabajado en las compañías de danza independiente se situó en los 58,8€, pero debido a los pocos días de contratación anual por trabajador (60 días/año) el salario total anual ascendió a 3.520 € anuales, lo que representa tan solo el 35,5% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) fijado para ese año.  


Mostrar más

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba