El Chivato

Una mirada escénica al ‘Homenaje a Velázquez’ de Jorge Oteiza

El sábado 25 de febrero el museo Artium de Vitoria-Gasteiz acogerá la segunda representación escénica de ‘Uno, dos, tres, cuatro paredes’ de Bulegoa z/b. La pieza es una producción específica en torno a la obra ‘Homenaje a Velázquez’, dentro de la exposición «Estancias. Prácticas restituyentes sobre la Colección Artium» comisariada por Mar Villaespesa y BNV Producciones.

‘Uno dos, tres, cuatro paredes’ –cuya primera entrega se realizó el 11 de febrero–, son momentos que interrumpen el discurso habitual del tiempo de una exposición y sus convenciones: el dispositivo conformado por las gradas y la escultura tapada sobre una peana deja de funcionar como instalación expositiva para pasar a activarse como teatro. 

El público se sienta en las gradas frente a la escultura de Oteiza, ahora desprovista de la tela que la cubre e iluminada siguiendo las convenciones teatrales. El resto de las luces de la sala están apagadas. A lo largo de la dramaturgia de una hora, la peana sobre la que se apoya la escultura se mueve a través de un sistema a motor. Estos cambios de posición sobre un eje se ven acompañados por cambios en la iluminación. A partir de la combinación de estos cambios se construyen cuatro cuadros escénicos que tienen la escultura como elemento central. Sobre esta imagen, unas voces en off leen textos de cuatro autores invitados a escribir para la ocasión sobre cuatro conceptos del Glosario de Bulegoa z/b.

Con las cuatro funciones se propone un ejercicio de observación casi opuesto al planteado en la primera puesta en escena: ver qué sucede cuando un objeto escultórico, Homenaje a Velázquez, se saca del contexto expositivo y se traslada a un contexto teatral. La operación de traslación permite algo inhabitual en el espacio expositivo, una observación detenida y prolongada de una escultura a lo largo de una hora a través del sometimiento del espectador a las normas del teatro.

«Nuestra intención con la pieza teatral es dar a ver el modo en que un dispositivo condiciona la percepción de un objeto, en este caso la escultura de Jorge Oteiza «Homenaje a Velázquez» (1958) de la colección del Museo. Para ello, construimos un teatro dentro del espacio expositivo de la galería y sometemos a la obra a distintos estímulos (luz, sonido, texto) creados ex-profeso para ‘Una, dos, tres, cuatro paredes'», explica la integrante de Bulegoa z/b, Isabel de Naverán, para quien «el título alude a cuatro soportes que en nuestra opinión albergan cuatro conceptos (Una pared alude al concepto de «escritura/lectura», dos paredes al concepto de ‘traducción’, tres paredes al concepto de ‘teatralidad’ y cuatro paredes al concepto de «forma»). Hemos invitado a 4 artistas a definir cada uno de los términos y estas definiciones serán la banda sonora de la pieza escénica. Lo que hacemos con ‘Una, dos, tres, cuatro paredes’ es provocar un cruce entre estos 4 conceptos y hacerlo a través de la escultura de Oteiza, que a su vez es un homenaje a Velázquez, quien también cuestionó el papel del observador».


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