El domingo, 19 de mayo vivimos una noche mágica en el Teatro Victoria Eugenia con una función de teatro. Al finalizar, el público se puso rápidamente en pie con respeto y admiración, en absoluta conexión con los momentos compartidos con los actores. No he visto nunca en este teatro esa forma de levantarse el público: espontánea, compacta y sentida. Se representó «Un trozo invisible de este mundo», texto de Juan Diego Botto e interpretado por él mismo y por Astrid Jones bajo la dirección de escena de otro joven talento, Sergio Peris Mencheta.
Cinco monólogos aportan otros tantos puntos de vista sobre la inmigración y el exilio. Un policía que argumenta porque tienen que irse y no volver: aquí no cabe nadie más. Un hombre a través de una conversación telefónica hace visible lo difícil y complicado de su exilio. Una mujer africana que cuenta a su hijo que todo lo hizo por él. Un hombre sufre la tortura, desaparece y su familia tiene que escaparse de la Argentina de Videla. Otro hombre cuenta su experiencia de perderlo todo por causa del exilio político. El tema es complejo, hay muchos factores: la soledad en las personas que emigran es determinante, las grandes dificultades que tienen que superar, las circunstancias que tienen que asumir, las injusticias que tienen que soportar… La capacidad de luchar es consustancial a su situación, nada es gratis, sus pequeños logros son triunfos. Deben construir una nueva vida en un mundo desconocido, hacer nuevos amigos, conocer una cultura distinta…construir complicidades, buscar solidaridades y apoyos. En cantidad de ocasiones, las circunstancias no van a favor y todo se complica. Y la distancia. Qué importante es la distancia: de sus seres queridos, de su pueblo, de sus hijos o parejas, de sus amigos…. La distancia amplifica las dificultades y genera desarraigo acrecentando el sentimiento de soledad. El humor es la válvula de escape utilizado como antídoto ante el dolor.
El espectáculo tiene una puesta en escena sobria pero muy efectiva. El diseño de iluminación y la ambientación de los materiales dispuestos en escena ayudan a crear una clima y un espacio unificado entre el escenario y el público como símbolo de que tanto ellos como nosotros estamos en la misma realidad, navegamos en el mismo barco, y que entre todos debemos convivir, entendernos y colaborar. El espectáculo lo consigue sin tópicos, sin demagogia y sin paternalismo. Lo consigue, simplemente, exponiendo otros puntos de vista. Abriendo una ventanita para que miremos al corazón del otro. Facilitando un catalejo que permite acercar a las personas para entederlas y empatizar. Quizás conecta directamente con los intereses de los ciudadanos porque han convivido con la inmigración en sus ciudades o porque quizás vean que ellos mismos o su entorno pueda verse en una situación de tener que irse fuera. El mundo sigue dando vueltas rápidamente.
Un espectáculo inteligente, comprometido y contundente. Justifica la función del Teatro en la sociedad. Realiza una labor como instrumento de convivencia y solidaridad. El Teatro como instrumento de integración y cohesión social. Parece fácil pero no lo es. Para conseguirlo hay un equipo artístico muy competente. Sergio Peris Mencheta asume la batuta de la dirección de escena. Sergio se dio a conocer como actor en Al salir de clase, en la que tuvo uno de los papeles protagonistas. En teatro, aparte de actuar, ha dirigido montajes como Incrementum, Tempestad, versión de La Tempestad de Shakespeare. Las interpretaciones de Juan Diego Botto y Astrid Jones son excelentes. Astrid Jones es una mujer con una presencia escénica brutal, una actriz con matices, con registros, con fuerza… Una interpretación que engancha y envuelve al espectador en su dramática historia. ¡Magnífica!. Dejo para el final a Juan Diego Botto. Actor de altura, versátil, camaleónico, con muchos registros, con gran capacidad para contar, para transformarse en un instante de policía en torturado, o en cualquier personaje que se le proponga. Actor eficaz, contundente, comedido, no exagerado….Y sobre todo, un artista que va labrándose un nombre de prestigio en la profesión con textos como los que presenta en «Un trozo invisible de este mundo» y con espectáculos con contenidos tan importantes como éste, capaz de hacernos soñar con un mundo diferente y capaz de hacernos vivir una noche mágica.
